Mi nombre era Camile, Camile Marie, vivía en Toulouse, pero me fui a vivir a París para estudiar Bellas artes. El arte era mi vida, lo sabia desde que era pequeña, era algo parte de mi, sentía que vivía en mi, y que sin él no podría vivir. Elegir la carrera de Bellas artes no era la excepción, decidí ir a estudiar a París a la edad de 18 años para tener comenzar mi vida como artista, y el comienzo de la vida que ansiaba.
Comenzando mi tercer año de carrera, lo conocí, a Jacob Dubois, el entro al centro en el que iba en segundo año, pero no llegamos a coincidir hasta tercero, donde muchas de nuestras clases coincidían, y empezamos a hablar muy seguido. El era un Ingles de padres Francesa, que estuvo estudiando su juventud en Inglaterra, antes de venir a estudiar Bellas artes en Francia.
Jacob era un pálido chico de cabello castaño, ojos azules como el gélido hielo, nariz romana, y labios finos. Era un chico muy esbelto, vestía con colores muy fríos y oscuros. Contrario a mi, que siempre vestía con tonalidades cálidas, llena de colores, y llena de una forma de vestir que iba a conjunto con mi personalidad, lo mas viva posible. El y yo empezamos a pasar tiempo juntos, adoraba el arte como yo, compartimos esa misma obsesión juntos, y siempre sentí que era lo que nos conectaba de ambos, aunque era lo que yo veía de él. El veía el arte y yo como algo por igual, algo suyo. Empezamos a gustarnos, me pidió salir en Jardín de Tuileries con estas palabras:
— Te amo Camille, yo se que sientes lo mismo por mi desde hace tiempo, eres como este jardín, llena de flores y colores vivos con las que no puedes vivir, y quiero estar en ese jardín contigo, y no salir nunca, sal conmigo Camille.
Y acepte, esas palabras me hicieron caer rendida en la trampa de las hermosas metáforas. A los pocos meses empezamos a vivir juntos en un pequeño piso de estudiantes enano, más los grandes lienzos que él pintaba y dejaba por toda la casa, el ambiente se hacia mas pequeño aún, como encerrada dentro de un cuadro. Sus cuadros a comparación de los míos eran oscuros y sombríos, con paletas oscuras y blancas, con referencias de leyendas de dioses o referencias bíblicas, para darle un significado. Yo le preguntaba porque le gustaba pintar así, y el me decía:
— Muestra mi realidad, mi yo al cien por cien, lo que no me gusta, sus consecuencias, y su castigo. Lo expresó en base a historias, se me hace interesante expresar como soy.
Sus palabras también se me hacían interesantes, él pintaba sus opiniones, yo lo que sentía y me representaba, algo que nos diferenciaba de uno y otro, yo hacía lo que sentía, y él lo que pensaba, pero el era demasiado directo.
Empecé a dibujar en un gran lienzo lo que seria una de mis mejores obras, lo sabía muy bien, había hecho miles de papeles en sucio para llegar a lo que me gustaba, y estaba lista para pasarlo a ese gran lienzo en blanco que llamaría La obra de mi vida. Se basaba en una joven chica con un vestido blanco, sujetando un ramo de flores y un cordero, en medio de un campo de miles de flores de distintos colores, mariposas por las flores, y aves por el cielo. Era la representación del mundo de como se veía mi personalidad, y los sentimientos que me hacían ser como soy, lo que me hacia estar viva. Cuando empezó a hacer las capas de cuadro, que cada vez mas rápido cogía forma, le pedí su opinión a Jacob sobre que le parecía, y el me dijo:
— Es igual que tu, eso me encanta, que te expreses tu ser en él, y lo haces en el lienzo. Pero porque no intentas usar una paleta de colores diferentes, ¿no son demasiados colores? podrían exagerar la obra, y creo que sería un desperdicio estropear algo tan hermoso, ¿no crees?
En ese momento me pareció que tenía toda la razón, aunque en mis obras optaba siempre por una gama de colores muy brillantes y vivos, pensé que si lo cambiaba mejoraría la obra. Y así empezó, el cuadro cambiaba poco a poco, no lo notaba, pero la idea principal de este empezó a desparecer conmigo, Jacob vivía conmigo, y veía como avanzaba con ese cuadro diariamente. Se acercaba por detrás a observar mientras lo pintaba con cuidado y cariño, bajaba la cabeza al lado de la mía, y me decía:
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En llamas de colores
Mystery / ThrillerCamile, una chica amante del arte y enamorada de este, se va a vivir a Paris para estudiar Bellas, y en su tercer año de carrera conocerá a Jacob Dubois, otro amante del arte. Pero todos miran el arte a su manera, como Camile y Jacob, pero Camile n...