Hambrienta

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Siento tanta hambre, aquella carpanta que debilita y, no con cualquier alimento se sacia, a pesar de buscar sin reposar aquel alimento que mi ser pudiera llenar, fue absurdo y el tiempo perdido fue lo único que descifro mi llegada, porque el mundo solo me entregaba pura falacia, fantasía barata, aunque con una llamativa publicidad, pero sin la verdad de por medio que colmara mi alma.

El mismo buffet, diferentes platos, distintos dulzores y al final el mismo amargo, ¿Qué se hace en estos casos? cuando nada puede ocupar ese espacio, cuanto tiempo me tome para darme cuenta después que lo único que puede llenarme es tu amor, tu presencia y tu ausencia es lo que causa tan notable la carencia de tu esencia en tu creación tu obra maestra, una obra sin su autor esta incompleta, yo sin ti en mi vida estaba de la misma manera ignorantemente vagando no identificaba que se notaba a leguas  mi urgencia de que su creador reclamara su estrella.

De tu presencia es que tengo hambre, tu Espíritu lo que me hace falta, tu amor siendo mi entrada, tus mandatos mi guía, tu hijo mi compañía en todos los días y, tu perdón ser el complemento de la canción que quisiera escuchar como melodía para ambientar mi vida, dejar mi alegría y darle paso a tu gozo,  que sea ese complemento de mis madrugadas, tu amor el suplemento de mis mañanas, tu gracia mi acompañante en las noches y tu cruz mi musa cuan bello horizonte, ese madero con tanto significado que al final viene a saciar mi hambre insaciable para ocupar toda una vida, aquel espacio que vacío causa tanta agonía, pero que lleno de ti solo aguarda su partida, para estar cerca de aquella fuente de vida. 

Rimas con poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora