Mirada

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No quiero tocarme pensando en Miguel

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No quiero tocarme pensando en Miguel. Busco que él me toque.

¿Acaso es malo fantasear?

Miguel el de los ojos azules, que ocupaba mi sala para ver partidos partidos de football los sábados con sus amigos: Esteban y Juancho. Bebiendo cervezas y comiendo emparedados con carne asadas.

Como entrenador personal en su trabajo en el gimnasio privado del centro; era deseado por sus alumnas y alumnos. Y como mi padrastro era un bombón de hombre, al mismo tiempo un odioso conmigo, que solo me provocaba querer golpearlo en la cara.

¿Cómo no gustarle si solo tiene veinticuatro años? solo es algo mayor que yo. En cambio, mi madre con sus cuarenta años. Es criticada por las vecinas, la llaman la asalta cunas. <<Ella tiene a su hija que es una señorita viviendo con ese joven>>, <<Qué ejemplo le dará a su hija si se acuesta con hombres que podrían ser su hijo>> . Solían comentar la vecina.

No me sorprendía que madre saliera con chicos que podría ser mi hermano.

Quede impactada esa mañana hace dos meses cuando me dijo que Miguel mi padrastro de solo veinticuatro años viviría con nosotros. Y me termino de sorprender cuando vi ese pene que tan orgulloso paseaba por la casa.

Era de noche pasada la media noche cuando regresando de una fiesta en la casa de Erika.

-Aaaaah.

Los gemidos me llamaron la atención.

La puerta estaba abierta era culpa de ellos que viera eso.

Ver a mi madre empotrada por semejante miembro.

Ella loca de placer y el embistiendo con fuerza, los gemidos y el rechinar de la cama.

Ya me había acostumbrado a los gemidos ahogados en la noche, más no a estos gritos de placer, parecía que la estaban matando. Desde que él vive aquí es diario. Solo que la imagen de su miembro ahora no sale de mi mente.

Al verla. Mi mano se dirige a mi entrepierna y con mis dedos masajeo mi sexo, deseando ser ella. Esperando mi turno.

Se supone que hoy se la pasarían toda la noche preparando la fiesta de disfraces que darían el próximo fin de semana. Eso me dijo ella, que vendrán varias personas. Me pensaba quedar en la casa de una amiga para darles más libertad durante la celebración.

Regreso en mí, al ver que estoy toda húmeda y metiéndome los dedos. Y corro a mi habitación.

Ahora sé que todo ha cambiado mi cuerpo me lo dice, mis pezones duros.

¡Quiero que Miguel me folle!

Pecado (+18) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora