House Of Cards

Capítulo 3 (2/3)

"Muh ... Maestro, se siente tan jodidamente bien".

Jungkook movió sus caderas hacia adelante un poco más fuerte, deslizándose más profundo dentro de él. Jimin estaba tan caliente y mojado alrededor de su polla debido a una mezcla de lubricante y leche derramada que cada empuje causó una lenta quemadura en la boca del estómago. No pudo evitar equilibrar su peso con una mano para poder alcanzar el violín que sobresalía del metal que se encontraba actualmente entre los omóplatos. Nada más que una pulgada más o menos, pero suficiente para jugar. Mientras tocaba la cadena, sus otros dedos se curvaron para agarrar las sábanas de la cama.

"¿Qué bien, muñeca?"

Después de tres copas de champán y el otro hombre subiéndose a su regazo para frotarse contra él, no fue una sorpresa que se hubiera convertido en esto tan rápido. Por lo general, tomaba algún tiempo, algunas bromas y juegos, pero no esta noche. No, Jungkook había estado en la suite del ático por menos de media hora y ya tenía el traje en la habitación. Su camisa estaba en el chaise lounge de cuero, que él sabía, sus pantalones agrupados en algún lugar en el suelo. No había ropa interior. Jungkook tenía muy poca necesidad de ropa interior, solo se interponía en el camino.

¿Cómo pudo haberse resistido a Jimin? Cuando había entrado en la suite, el otro hombre ya había estado tumbado sobre la mesa de cristal, con una botella de champán ya abierta en preparación para él en un cubo de hielo. No llevaba nada más que su cuello y un par de bragas de seda a juego. Actualmente llevaba su "buen" collar; el que era una delgada pieza de terciopelo color crema atravesada por los eslabones de oro. No es una placa de oro, sino un real de 24 quilates de oro puro frío y brillante a lo largo de la longitud que cubría la parte frontal de su garganta. El buen collar con la etiqueta de oro grabada con el nombre de "Muñeca". Jungkook no lo había grabado por un profesional, sino que lo había hecho él mismo cuando lo había comprado, sentado entre las piernas de Jimin con una herramienta de grabado para poder rascar las letras en el oro. El otro hombre lo había visto trabajar en aquel entonces, respirando cálido sobre su cuello y con los brazos colgados sobre sus hombros para jugar con los botones de su camisa. El hecho de que lo hubiera firmado con su propia mano lo había sentido mucho más auténtico.

La propiedad real.

Había grabado dos de esas etiquetas de collar para Jimin. El bueno y el malo. La vista de la buena alrededor de su cuello esta noche había sido una señal de lo que vendría.

Jimin había inclinado su cabeza hacia él mientras sostenía una copa de champán. El movimiento había hecho brillar la etiqueta en las luces del techo y había sido casi tan brillante como sus dientes detrás de sus labios. Oh, Jungkook no había podido controlarse, tomó solo tres vasos antes de sacarlo de su regazo y quitarse las bragas. Luego había llegado la incómoda danza de los miembros y la ropa enredados mientras luchaba por llevarlo a la cama en la planta baja, Jimin riendo borracho todo el tiempo. Era un baile al que ya estaba acostumbrado, y aún así el sonido de las risitas de Jimin; Respirante y dulce, todavía le afectaba de la misma manera. Todavía hizo un pequeño y apretado rollo de calor extendido en la parte baja de su estómago.

"Joder", Jimin maldijo, el gemido tenso y roto escapó de sus labios. "Maestro, me estoy escapando. Las sábanas se arruinarán ".

"Dale la vuelta, Doll", le ordenó Jungkook, sacándose de él. En cualquier otro momento, simplemente hubiera tirado de la correa, pero actualmente no estaba atado al lazo de metal en la parte delantera. Jimin hizo lo que le ordenó, dándose la espalda y extendiendo los muslos para que no se lo pidieran. Jungkook agarró las rodillas y las empujó, inclinándolas hacia adelante para que las caderas de Jimin se levantaran de la cama. Luego agarró sus tobillos y los empujó con fuerza. Las presionó contra el marco metálico de la cabecera y miró al otro hombre.