Lujuria

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"La borrasca infernal, que nunca cesa, en su rapiña lleva a los espíritus; volviendo y golpeando les acosa."

Infierno, Canto V - Dante Alighieri, La Divina Comedia

Ella había tenido un descenso complicado a través del gran precipicio, tuvo que hacerse cargo de unos enemigos voladores que le lanzaban fuego pero que Rei logró vencer gracias a los ataques luminosos de su crucifijo.
La soldado Cruzada bajó hasta llegar a una continuación parecida a un enorme pozo con algo parecido a una larga columna de forma irregular en el medio de la pared por la que bajaba la cual era una protuberancia rocosa que se alzaba sobre aquella, ella no veía casi nada e iba tanteando pero al observar hacia abajo vislumbró algo de luz y un suelo rocoso.

Entonces con cuidado se valió de aquella protuberancia para seguir bajando y al hacerlo, notó que la misma no llegaba hasta el piso y había una separación de un par de metros entre el final de la columna y el suelo, por lo que se tiró para caer parada.

Con las rodillas y los pies doloridos se incorporó después de que aquellos chocaran pesadamente contra el suelo, se dio media vuelta y empezó a trotar a través del camino, de un lado tenía la pared rocosa y del otro, el precipicio.

Se encontraba ante el comienzo del segundo círculo del infierno, Lujuria.

Fue nada más dar unos cuantos pasos que se encontró otra persona arrodillada lamentándose con aspecto idéntico al de Poncio Pilatos y los otros pero en esta ocasión no se preguntó quién era, otro recuerdo venía su mente.

En un castillo en ruinas donde se encontraban los soldados Cruzados, se encontraban muchas personas atadas de manos con cadenas y arrodilladas, se trataba de gente que había sido tomada prisionera y la idea era que fueran usados como rescate a cambio de un reliquia sagrada robada por Jedite.

Rei en compañía de alguien más, reclamaba indignada a causa de ello.

- ¿Andrew quiere que cuidemos a 3000 prisioneros? ¿Esas son las órdenes del rey?.

- Pretende negociar el intercambio de estos prisioneros, por la Santa Cruz - respondió quien se encontraba con Rei

- ¿Negociar? ¿Con herejes? - preguntó ella exaltada del enojo

Dicho esto, se dio media vuelta y se alejó unos pasos por aquel pasillo del castillo en ruinas, al cabo de unos instantes vio a un grupo de soldados golpeando a un hombre y a otro que a los gritos suplicaba por el primero, siendo sujetado por otros dos Cruzados.

- ¡Por favor dejen ir a mi hermano! ¡No lo golpeen más! - decía aquel chico en tono suplicante, al ver a Rei pasar cerca se fijó en su hermosa figura y esbelto semblante - Puedo aliviarte si dejas ir a mi hermano... - añadió en tono amable dirigiéndose a ella

Rei se detuvo y lo volteó a ver, se fijó en aquel muchacho de hermoso semblante, se acercó y le acarició una mejilla.

- Tengo una pareja en Florencia - respondió seriamente la de ojos púrpuras

- Deje que la alivie - insistió él

- ¡No, no te preocupes por mí, no lo hagas! - suplicó el hermano del recién mencionado ya todo lleno de heridas y moretones mientras los soldados lo seguían maniatando y sosteniendo para seguir atacándolo

Rei observó unos segundos a quien le había hecho la oferta y finalmente dio a conocer su decisión considerando la recompensa del Obispo de que todos los pecados quedaban perdonados de parte de Dios, con motivo de la Cruzada en Israel.

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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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