Hostilidad

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Esta es una actitud social de tipo emocional cognitiva, siempre la asociamos con el resentimiento, el rencor y el disgusto, que nos impulsa a la acción de descalificar a otro, ya sea con agresión verbal o física. Es una actitud negativa que puede activarse muy rápidamente, se expresa con conductas verbales o físicas, y suelen originarla estímulos de la más amplia diversidad. Empieza por la desconfianza, al creer que las demás personas son intencionadamente provocadoras; el cinismo, ya que el sujeto cree que la motivación del otro es egoísta, por lo que se relaciona negativamente; y la denigración al evaluar a los demás como antisociales, peligrosos y dañinos.

La hostilidad nos hace creer que la conducta del otro se dirige específicamente hacia nosotros, por lo que tiene un componente afectivo que le genera rencor, asco, venganza, enojo, ira y violencia.

Es posible que la hostilidad permanezca en el tiempo, aun cuando desaparezcan los estímulos que la generaron. El procesamiento de los estímulos que generan hostilidad dependen de la autoestima de ti mismo, de tu estabilidad emocional, de tu género (los hombres en algunos casos son más hostiles que las mujeres), de la edad (se incrementa el potencial de hostilidad con los años) y del ambiente socio cultural.

• - Es una actitud mantenida y duradera.

• - La característica central distintiva de la hostilidad implica las siguientes variables cognitivas: Cinismo (creer que los otros están egoístamente motivados), desconfianza (pensar que los otros son dañinos e intencionalmente provocadores) y denigración (evaluación de los otros como dañinos, peligrosos y no sociables).

• – Es una actitud cínica acerca de la naturaleza humana, pudiendo llegar al rencor y violencia en determinadas situaciones, aunque la hostilidad suele expresarse de modo sutil.

• – Implica creencias negativas hacia otras personas

La hostilidad no tiene unos desencadenes concretos y universales:

Situaciones que provocan directamente hostilidad: violencia física, percepción de actitudes de irritabilidad, negativismo, resentimiento o recelo y sospecha hacia nosotros, percepción de los demás como una fuente de provocación, dolor intenso, variaciones en la temperatura.

La hostilidad en nosotros puede ser difícil de supera, poco a poco debes empezar a confiar mas en los demás, a darte cuenta que NO todas las personas son iguales e así poco a poco a tu ritmo lograras dejar ese sentimiento desdeñoso que desencadena otros sentimientos que definitivamente no queremos...Pero si la situación es que quieres, aprecias a una persona hostil y no sabes que hacer

Recuerda que se trata de una actitud provocativa y abusiva hacia otra persona, generalmente sin motivo alguno, que puede llegar al rencor y la violencia en situaciones puntuales. Por regla general, las personas hostiles asumen que los otros no merecen la confianza ni el respeto. Este comportamiento puede cobrar diferentes formas de manifestación. Desde actitudes sutiles hasta actos y expresiones verbales que buscan causar daño emocional a la persona de enfrente. Un comportamiento intimidatorio que nos podemos encontrar en diferentes entornos, como el laboral, y al que afortunadamente podemos hacer frente siguiendo unas sencillas pautas. Eso sí, se debe tener cuidado ya que la hostilidad, al igual que el mal humor, es 'contagiosa'.

Así que intenta

Además de analizar en profundidad los motivos de este tipo de comportamiento.

• Reconocer la irritación de la persona y hacer ver que la comprendemos

• Rehusar sentirnos juzgados, ya que no se cuestiona nuestra competencia global

• Reconocer los sentimientos que surgen en nosotros, pero conseguir que no interfieran por el momento en nuestra estrategia

• Escuchar cuidadosamente. Pedir detalles específicos

• Mantener una actitud abierta acerca de las posibles razones de peso que puedan existir para hablar con calma

• Invitar a la persona hostil a continuar la conversación en un área privada y sentarse para hablar con calma

• Hablar con voz tranquila

• Ayudar a la persona a afrontar la situación. Buscar vías de solución

• Al finalizar, o en un momento posterior, expresar cómo nos hemos sentido ante su intervención y solicitar explícitamente otros modos de afrontar los conflictos para el futuro

• Solicitar ayuda de un tercero si nos damos cuenta de que no podemos afrontar eficazmente la situación

Y si no puedes dejar este sentimiento o ayudar a que la persona que amas lo supere aquí estoy y puedo ayudarte 

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