Navidad Azul

Expediente Navidad Azul

Navidad Azul .

Navidad azul

Anoche tuve ese sueño de nuevo, en mis sueños siempre vuelvo a esa noche, la noche de la navidad azul.

Mi padre me lleva tomada de la mano, el centro comercial está lleno de gente, familias disfrutando de la víspera de navidad y otros como nosotros haciendo compras de último minuto, el espíritu navideño inunda cada rincón del lugar, es inevitable no sonreír al sentir el dulce aroma del pan navideño y escuchar los alegres villancicos que canta el coro de la ciudad.

Estoy tan distraída que no me di cuenta cuando le solté la mano a mi padre, al cabo de unos minutos me giro buscándolo con la mirada, lo encuentro revisando la lista de compras, por un momento pensé que me había perdido.

– Crystal ven un momento –Me alejo de la multitud y camino hasta llegar a su lado. – hija me falta comprar el regalo para tu mama y nos podemos ir.

Me gustaría quedar un poco más escuchando los villancicos

– Tú puedes ir a buscar el regalo de mama y yo me quedo acá escuchando el coro– le dije, por su cara puedo ver que no le gusta la idea

– No. – dijo sin tanto rodeo.

­– pero...

– Pero nada, no te puedo dejar aquí sola

– ¡por favor, por favor! Aquí hay mucha gente nada malo puede pasarme, además será rápido– le dije haciendo un puchero. – ¡¡Di que sí!! ¡¿Si?!

– Bueno está bien – dijo al final. – no te muevas de aquí será rápido.

– ¡¡Si!! – le die un fuerte abrazo­– ¡Gracias papi! ¡Te amo!

Se aleja a pasos lentos, mientras yo me quedo hipnotizada escuchando los villancicos, la combinación de las voces es increíble, siento que estoy escuchando a los mismos ángeles.

Los minutos pasan volando, con los grandes clásicos de navidad "All I want for Christmas is you", "Noche de Paz", "White Christmas". Los villancicos van y vienen entre risas y cantos, la alegría inundaba el lugar y una sensación de paz y felicidad llena mi corazón.

Termina la última estrofa de "árbol de navidad" y comienza a sonar la dulce melodía de unas campanas, al principio no puedo reconocer la canción, escucho unos segundos más y la logro reconocer.

"Carol of the Bells"

– ¡¡Esta canción me gusta mucho!! – digo con entusiasmo. Escucho atentamente la letra de la canción.

"Children take care! Please be aware

All that you′ve done will come to bear!

Have you been good? Behaved as you should? Those who have not It's understood

Krampus will come Looking for some you are not safe Best that you run!

You′re on his list Not what you wished This Christmas time you will be missed!

There is someone watching over all that you have done this year

Every little boy and girl please listen... Keep Christmas spirit alive!"

Esta no es la canción que yo conozco, un escalofrió recorre mi espalda de la nada el aire se vuelve pesado, sofocante. La letra de la canción es perturbadora, parece anunciar un mal presagio

A lo lejos se escucha un fuerte grito, y de la nada a una multitud corre aterrada hacia mí, no entiendo que pasa todo ocurre desmido rápido, mi oídos ya no captan el sonido de la música solo se escuchan gritos y llantos, tropiezo con una persona y caigo al suelo me cuesta ponerme de pie hay demasiada gente, estoy muy aterrada y confundida "¿papi dónde estás?

Alguien toma mi mano y me ayuda ponerme de pie, un estibo de esperanza se asoma

– Papa...

– corre, estamos evacuando el lugar. – no es mi papa, es un guardia de seguridad, se ve agitado y en su traje se pueden ver una pequeñas mancas de rojo carmesí "sangre".

– No, ¿dónde esta mi papa? No me puedo ir sin mi papa– le digo alterada.

– niña no hay tiempo debes desalojar el lugar...

No lo dejo terminar cuando comienzo a correr en sentido contrario de la multitud, es un poco difícil pero mientras más avanzo el ambiente se siente más pesado, los gritos se escuchan más fuertes y desgarradores, mi corazón late desbocado, mis oídos zumban al compás de mis latidos.

Un olor muy fuerte a metal llega a mis fosas nasales, disminuyo el paso mis piernas no dan para más.

– ¿papa donde esta? – Dije casi sin aliento.

Sentí el piso mojado, baje mi mirada para ver que era algo me decía que era solo agua, a mis pie encontré un enorme charco teñido de rojo carmesí.

"Sangre"

Mucha sangre, mi cuerpo no responde y mis ojos no dan crédito a lo que ven.

Escaneo el lugar, una pila de cuerpos ensangrentados cubrían el suelo, surgen unas enormes ganas de vomitar y es ahí en ese momento que lo vi, a lo lejos una figura alta y delgada, sus manos sostienen un arma, "una pistola".

"tengo que salir de aquí"

Doy algunos pasos hacia, en un intento de huir sin ser notada, no logro llegar muy lejos ya tropecé con algo sólido y el frío suelo me recibió, Al alzar la mirada, un escalofrío recorrió mi espina dorsal, erizando cada fibra de mi ser. Mis ojos, llenos de lágrimas y miedo, se posaron en la escena que desgarró mi alma en mil pedazos. Frente a mí, yacía la figura inerte de mi padre, Su rostro, ensangrentado reflejaba terror. En ese instante, un grito desgarradore salio de mi garganta, todo a mi alrededor desapareció.

Con un grito ahogado, jalé su cuerpo hacia mí, abrazándolo con fuerza, como si con eso pudiera devolverle la vida. Suspiré, inundando el aire con un llanto desgarrador que destruía cada parte de mí ser. Pequeños puntos negros comenzaron a invadir mi visión, sentí cómo la oscuridad comenzaba a cerrarse a mí alrededor. Cada latido de mi corazón era un eco lejano en un mundo que se desvanecía lentamente, llevándome hacia un abismo de incertidumbre y miedo.

De repente, el sonido de pasos cercanos rompió el silencio sepulcral que me envolvía. Levanté la vista con dificultad, y allí estaba él, impecable y sin una sola mancha de sangre en su pálida piel. Su presencia era como un espectro en la penumbra, un ser de sombras que se alzaba amenazante ante mí.

Con un arma apuntándome, su mirada fría y penetrante se clavó en la mía, como dos destellos de un intenso azul que parecían atravesar mi alma. En ese instante, el tiempo se detuvo, y el mundo se desvaneció en un remolino de sensaciones confusas.

El último destello delucidez que me acompañó antes de caer en la oscuridad fue la imagen de aquellosojos azules, fríos como el hielo, que sellaron mi destino con una promesa deincertidumbre y peligro. Y así, entre el abrazo agridulce de la muerte y laamenaza inminente, me sumergí en un letargo profundo, dejando que lainconsciencia me envolviera en su manto oscuro.