"Una buena decisión"

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Enamorarte de tu mejor amigo o amiga es... complicado.

Pero tomar la decisión de confesarlo, eso es otra historia...

Narra Tamako:

—Mamá, mamá ¿Cómo se te declaró mi papá?— dice mi hijo con mucha curiosidad. Igual a su padre, sus emociones se mostraban evidentes en su rostro. 

—¿Eh?— La verdad, esa pregunta me tomó por sorpresa. ¿Por qué el interés repentino? Después le preguntaré. Pero, por ahora, no quiero dejarle sin respuesta. —No lo recuerdo muy bien. Déjame pensarlo— le respondí.

Traté de recordar el momento. ¿Cuánto habría pasado desde su confesión? ¿Tal vez 12, o 13 años? Sí que ha pasado tiempo. Cuando logré recordarlo, la vergüenza se apoderó de mi rostro. Solo pude tapar mi rostro con ambas manos.

—¿Estás bien, mamá?— mi hijo se veía preocupado. Es muy lindo que se preocupe por mí. Pero ahora mismo, preferiría que no me hubiera preguntado eso.

De solo recordarlo... No es como si fuera algo malo. Es solo que... AHHHH~ Mi reacción fue tan lamentable.

A decir verdad, hasta ese momento nunca había pensado en tener una relación; es más, ni sabía que Mochizou tuviera esos sentimientos por mí. Después de todo, mis amigas tenían razón al decirme que soy un poco despistada... Bueno, muy despistada.

Encima, me decía que iba a estudiar a Tokio. Me atacó desprevenida. Y era tanta información que procesar en mi cabeza... que terminé huyendo.

Sí, lo sé; es muy embarazoso. No creo que solo para mí, sino también a Mochizou. Aunque... Debo decir que fue una decisión muy valiente la que tomó.

Primero que nada, pudo haberse guardado sus sentimientos (aunque digan que era muy obvio). Después de todo, ya estaba pensado en su futuro. Es más, podría considerarse que lo arriesgaba todo.

Él era mi amigo de la infancia, a pesar de que nuestra familia no se llevaba tan bien por el negocio de mochis. Hasta ahora son rivales, aunque de una manera más tranquila.

Estuvo ahí desde que tengo memoria. Incluso en los momentos difíciles, como cuando... Cuando falleció mi mamá.

Gracias a su confesión, comencé a ver las cosas de manera distinta. No había pensado qué iba a ser de mí en el futuro, qué es lo que quería. No solo eso; gracias a él, aprendí por primera vez de sentimientos que no pensé tener en mí. Ser consciente de que... que me gustaba Mochizou. 

Y sí, cualquiera diría que no sentía amor; solo estaba confundida por la amistad que teníamos. Pues debo decir que no es así. Al pensar bien en cómo me sentía, noté que el cariño que tenía por mis amigas no era igual al que tenía por él. Había algo más, algo que nunca me animé a indagar por saber qué era. Y ahora era un hecho para mí.

Sin embargo, también descubrí que tenía temor; temor a que las cosas cambiaran. A partir de ese momento, las cosas entre él y yo serían más complicadas (hasta incómodas en ocasiones). Pero lo hecho, hecho está; aunque me dijera que lo olvidara y que siguiéramos como antes, sería imposible para mí hacerlo. No ahora que estaba segura de lo que sentía por Mochizou.

Vaya... Pensar que con unas pocas palabras, la perspectiva que tenía podría cambiar tanto. Que pudiera conocer más de mí, incluso cosas que ni yo sabía de mí misma.

—Mamá, ¿Estás ahí?— Mi hijo hizo que saliera de mis pensamientos. Había subido a mis piernas, ya que estaba sentada el sofá de la sala, mientras tocaba mi mejilla continuamente. —Has estado así por unos minutos— ¿De verdad? Mi cabeza estaba en otro lado. Ahora entiendo a lo que se referían mis amigas cuando decían que andaba perdida.

—Perdón Hanako, estaba distraída— le dije sinceramente. —Y respondiendo tu pregunta...— ¿Qué le digo? Solo le diré la verdad, aunque sin decir toda una historia —Fue algo que me tomó por sorpresa. A decir verdad, no sabía que tu padre sentía esas cosas por mí. Y la verdad, no estaba segura de lo que sentía. Felizmente, los sentimientos de tu padre me hicieron pensar en los míos, dándome cuenta de que... lo amaba— Eso último lo dije con algo de timidez; después de todo, hablar de esas cosas es un poco vergonzoso. 

—Oh, ¡increíble!— Me respondió Hanako bastante animado, como si salieran brillos de sus ojos. Ahora era mi turno. —¿Y a qué se debe la pregunta?— le pregunté.

—Bueno, me dio curiosidad, ya que estaba viendo fotos que papá te tomó de— De repente, alguien más irrumpió la sala. —Hanako, Tamako, miren lo que traigo— Era Mochizou, aunque se veía algo nervioso.

De su espalda sacó una caja de madera, y con solo el olor pude reconocer lo que era. —¡Mochis!— dijimos al unísono Hanako y yo. —Los manda tu padre. Pasé por el mercado cuando volvía— me dijo mi esposo.

Al final, nos sentamos los 3 en el sofá más amplio, mientras disfrutábamos los mochis de papá.

¿Qué hubiera pasado si Mochizou no se hubiera confesado? No tengo ni idea. Pero ahora, pasando este momento entre nosotros, solo puedo decir que fue una buena decisión.

·

Creo que este fic es el más largo que he escrito hasta ahora. 😅

Como siempre digo, gracias por leer. Si te gustó la historia, puedes votar o comentar. Eso me alegraría mucho. 😁

Bueno, eso a sido todo por mi parte. Espero poder seguir escribiendo más historias, entre las que tengo pendientes el extra. 😆

Sin más que decir, me despido.
Woof bye!!

Una buena decisión (Tamako Love History)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora