Ice Cream (Jotaro x Dio)

Besos sabor a vainilla

Dio era novio de Jotaro desde hace ya tiempo, el problema era el carácter explosivo del joven. Pero eso era lo que amaba del estudiante, su carácter y temperamento. Porque, a pesar de que mostraba una fachada seria y violenta, Jotaro era muy tierno cuando Dio lo abrazaba, besaba y/o le decía piropos.

-JoJo...- Dijo Dio alargando la última letra mientras abrazaba por la cintura al nombrado quien estaba sentado en el sillón de la sala de su casa.

-¿Qué quieres, animal?- Preguntó molesto el adolescente aprovechando que nadie estaba en casa más que ellos dos mientras jugaba en su Nintendo Switch evitando contacto visual con el mayor.

-¿Qué juegas?- Preguntó el vampiro levantando la cabeza tratando de ver a qué jugaba su novio pero éste se movió junto a la consola evitando que el rubio viera.

-No me digas que estás jugando Animal Crossing.- Dijo el vampiro con un tono burlón. Jotaro frunció el ceño y bajó la visera de su gorra para luego levantarse del sillón haciendo que el rubio casi se cayera y se fue a su cuarto. Dio se levantó y se dirigió al cuarto del joven, al llegar abrió la puerta y la cerró al entrar. Se acostó arriba de Jotaro quien estaba acostado boca arriba en su cama descansando su cabeza en su hombro para luego darle una lamida al cuello del japonés logrando estremecerlo. Dio presionó su bulto contra la entrepierna de Jotaro dándole a entender lo que quería. Star Platinum se materializó y alejó al vampiro de su usuario.

-¿No me quieres?- Preguntó Dio mientras hacía un puchero y se acostaba al lado del menor quien no despegaba la mirada de su Nintendo Switch.

-Cállate el hocico.-

-Ya estás muy grandecito como para jugar Animal Crossing, ¿no?- Dijo Dio tratando de quitarle la consola a su novio pero no pudo ya que Jotaro se acostó de lado y siguió jugando ignorándolo.

-Oye...- 

-¿¡Qué chingados quieres, puñetas?!- Preguntó Jotaro alzando la voz y tirando su Nintendo Switch, pero Star Platinum la atrapó antes de que tuviera contacto con el suelo. Dio frunció el ceño y jaló de la oreja a su novio quien comenzó a jalarle la mejilla al mayor para ver si lo soltaba, pero ninguno de los dos se inmutaba.

-¡No me contestes así!- Dijo Dio para luego proceder a morder la mano  del japonés quien soltó un gruñido pero no se dejó así que trató de patear a su novio pero no pudo debido a que The World lo había inmovilizado. Ambos se soltaron y se acostaron en la cama mirando al techo. Dio se acostó de lado mirando a Jotaro quien siguió jugando Animal Crossing y estaba a punto de hablar hasta que fue interrumpido por el ojiazul.

-¿Ahora qué?- Preguntó menos molesto el japonés sin despegar la mirada de su consola mientras que una melodía se escuchaba proveniente del juego seguido por lo que parecían ser voces agudas que balbuceaban.

-¿Me das un beso?- Preguntó el mayor pero Jotaro no contestó y sólo se limitó a bajar la visera de su gorra tapando sus ojos. Dio sonrió y besó la enrojecida mejilla del menor para luego acostarse sobre él y abrazarlo.

-Me encantas, te amo, te adoro...- Decía el rubio al oído de su pareja causando Jotaro estuviese sonrojado a más no poder.

El joven dejó la Nintendo Switch en su mesita de noche y abrazó al contrario.

-¿Me acompañas a comprar helado?- Preguntó Dio levantando su cabeza y haciendo contacto visual con su novio quien sólo asintió con la cabeza. 

Se levantaron de la cama y salieron de la residencia para dirigirse a una heladería mientras que el vampiro cargaba una sombrilla negra durante todo el camino. Al encontrarse cerca, Dio decidió preguntarle al ojiazul qué iba a querer.