Rin no podía ir a su trabajo por que cierta panita se ha estado comportando extraña en esos días, pero no se podía quejar del todo, ya que al tener cansancio y buscar un nuevo trabajo, las veces que lo había hecho con su Kayo-chin eran increíbles... sin dudas esa mujer es su perdición.
Rin no era que se cansaba tan fácilmente en el sentido físico, pero si en el de hacer papeleo, pero si había uno que otro en donde su atención es robada al punto de que le es fácil hacer aquello.
Saco las llaves del bolsillo de su pantalón, las inserta en la cerradura e ingresa de una vez al departamento.
—Bienvenida Rin-chan.—
Y más un recibimiento por la persona que ama con locura.
— Llegue.— llego a su casa con su característico entusiasmo.—
El aroma de la comida hizo que moviera su nariz cual gato, llegando a pensar que el platillo fue creado por su esposa.
— Es ...¡¿¡RAMEN!?!.— tanto como ilusión como pregunta.—
Una risa de Hanayo fue lo que escucho y más con su respuesta.
— Sip, supuse que vendrías hambrienta y como una sorpresa.— sincero cosu mejillas rosada por su fallido intento de sorprender a Rin.—
—Eres la mejor Kayo-chin.— la abrazó efusivamente, incluso la cargo avergonzando por lo repentino pero siendo feliz.—
Las risas no faltaron.
Una cena amena, y al final de ello se turnaron en lavar el servicio y por ver una serie de televisión.
Rin se sentó de un lado del sofá, con palmaditas a su lado le indicó a Hanayo su lugar. Gustosa aceptó, sin embargo una maniobra de Rin hizo que se recostara ambas. Sacando una sonrisa gatuna de la pelinaranja.
No pasó mucho para que su mente se desconectara un tanto de la realidad, sintiéndose en las nubes.
Le era demasiado relajante el ver la tele con su esposa, aunque no veía para nada la programación, ya que su concentración total se encontraba y se dirigía a su rubia-castaña favorita.
No sabía con exactitud por que tenía unas ganas tremendas de querer demostrarle cuánto la ama.
Una muestra de su afecto en posar su mano y frota la mejilla de Hanayo, quien al sentir ese afecto, con un sonrojo leve y disfrute en su totalidad. Pero más cuando frotó su nariz sacando una risilla a su esposa.
Hanayo sabía como es esposa, por lo que al saber sus puntos débiles decidió aprovechar uno, hacerle mimos cual gato.
Disfrutando de ello no se percató de Hanayo, cuando ya la mencionada la besaba como normalmente lo hace, uno suave y cargado de pasión.
La sincronía más que perfecta se reflejaba ya que solo eran leves movimientos de sus labios.Posando la pelinaranja sus manos en la cintura de Hanayo, y la mencionada sujetando de la parte trasera del cuello de Rin.
Los papeles se invirtieron, siendo Hanayo quien toma las riendas en ese momento.
El ambiente en el que se envolvía es de total dulzura y tranquilidad... bueno si eso era después de que Rin sintiera el peso de su Kayo-chin encima de ella.
— Kayo-chin.— No pudo terminar de hablar ya que al parecer su esposa se encontraba en una especie de trance del cual ni ella misma se salvaba. -
— Rin-chan.— soltó esas palabras en un tono que descolocó y le extraño a la nombrada.—
A las facciones de Hanayo se les divisaba claramente su rostro avergonzado con su toque inocente.
— Rin-chan.— esta vez su mirada lima se topó con el morado, susurrando cerca de sus labios.— Hazme el amor.—
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Hoshizora Family
FanfictionTomando en cuenta que el tiempo pasa y cada quien sigue su vida, ya sea solo o con alguien a su lado... Es este caso... Sería bueno saber de la formación de la familia Hoshizora, quien es conformada por unas adultas, que crecieron como amigas de in...