1• El Autobús

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Capítulo uno.

Suena la alarma del reloj digital al lado de mi cama

Apagando de vuelta el la alarma del reloj, vuelvo a reconciliar el sueño. Cuando ya de pronto me despierto y me percato que es más tarde lo usual.

-¡Mierda, ¡Mierda!, ya es tarde para la escuela- Digo con un tono desesperante mientras entro a la ducha.
-¡Oh!, se me a olvidado presentarme, que tonta soy- Doy un respiro relajante -Soy Valeria, una chica común, que casi siempre llega tarde a la parada del autobús- Salgo de la ducha y me tomó una breve pausa... -Ahora sí- Afirmo mientras doy un golpe con mi cabello hacia arriba, ya vestida -Esto la verdad colma un poco mi paciencia, tengo que dejar de levantarme tan tarde... A ver Valeria, termina de presentarte -Y bueno, no tengo mucho de interesante, tengo una familia pequeña, mi madre, mi hermano menor y yo, pero ya me tengo que ir a la parada del autobús, y si se lo preguntan, no voy a desayunar-.

Tomo mis cosas a toda velocidad y me dirijo a la puerta de la casa, dandole una expresión de despedida a mi madre -Adiós mamá, me tengo que ir, ya es tarde y no tengo tiempo para desayunar- Expresé mientras mi voz se desvanecía mientas al cerrar la puerta.

Mientras voy corriendo toda apresurada me encuentro a mi vecino (Daniel) saliendo de su hogar, rumbo a subirse a tu automóvil, hasta que lo atropello con mis pies haciendo que todos sus libros de la secundaria cayeran al suelo.
-Oh discúlpame, Daniel, no quería que esto...-

Daniel con una voz molesta me corta la palabra

-Olvídalo y vete, no te opongas en mi camino, llegaré tarde a la escuela-

asombrada por carácter que Daniel me respondió

-Está bien, bye-. Sigo mi camino hacia la parada del autobús.

Cuando por fin llego a la parada (con muy pocos minutos para que el autobús llegue) me encuentro con mi mejor amigo Matías.

-Hola Matías, ¿cómo estás?- con una gran sonrisa y cálido abrazo expreso hacia Matías-

-Hola Valeria, estoy bien, ¿qué tal estás tú?-

-Me alegro de que estés bien, yo ando un poco estresada porque como siempre se me hizo tarde-

Matías con una risa pintada en su rostro -nada raro me lo encuentro, 2 días de toda la semana llegas a tiempo para el bus-

Lo miro con mi cara de sarcasmo feliz.

Luego, de habernos subido al autobús, noto que Matías me está observando mucho y de repente toma mi mano derecha.

-Que bonito esmalte de uñas tienes-

Me asombro por el comentario que me hace Matías y un poco extrañada llego a responderle.

-G...Gracias, pero a ti nunca te gustaron los esmaltes de uñas, ¿a qué se debe esto?-

Matías un poco nervioso contesta -A...A nada, simplemente me gusta, las cosas cambian-.

El autobús llega a la parada de la escuela y me desmonto primero que Matías, voy caminando lo más rápido posible para llegar a encontrar con mi mejor amiga, pero Matías al ver como iba de apresurada, me llama con un tono de voz alto -¡Valeria espérame!- al notar el llamado de Matías, aumento el paso y llego al baño de chicas para hacerle una llamada a mi mejor amiga.

Más Allá de lo Profundo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora