Capitulo 1

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Luego de la escuela, Catherine se dirigió directo a la cafetería de su Madre. Antes de ir a la escuela esa misma mañana, su madre le había dicho -Mejor dicho obligado- a ir a la cafetería luego a ayudarla. Cath por alguna extraña razón no le gustaba pasar tiempo con su madre, siempre le pareció muy estricta y le daba la sensación de que algo ocultaba.
De camino allí, cath paso por delante de unos guardias que estaban, ya hacia unos días, vigilando la ciudad. "De seguro otra rebelde", pensó mientras esperaba que el semáforo cambiara de verde a rojo.
Era invierno y el aire estaba fresco. Se abrocho mas su campera y se acomodo la bufanda. Cath odiaba y la vez amaba el invierno, era una relación amor/odio ya que, fue a principios del invierno cuando su hermana Oriana murió, hacia ya 4 años. Siempre la recordaba y extrañaba. Sin ella ya nada era igual.
Al entrar a la cafetería de Tañía, su madre, estaba llena de gente pidiendo sus cosas y Tañía corriendo de aquí para allá con su pelo negro y lacio agitándose según sus movimientos completamente delicados, con una cara seria pero a la vez algo amigable y con sus rasgos bien definidos junto a sus ojos verdes aqua similares a los de un gato.
-Cath, que bueno que llegaste. Ve a ver los pedidos de las mesas 5,8 y 9.
-Hola a ti también Madre-dijo revoleando los ojos y recibiendo una mirada de verdadera frustración por parte de Tañía.
A media tarde luego de haber echo los pedidos que su madre le iba ordenando pudo ir finalmente a casa pero antes decidió pasar por el cementerio a ver la tumba de su hermana como siempre hacia. Normalmente limpiaba su tumba y le contaba sobre su día y como iba todo hasta el momento -eso era lo que siempre hacían Oriana y ella cuándo llegaban del colegio, se sentaban en su cama y ambas se contaban su día-
-Ori, hoy ya hace 4 años que te fuiste. Y el mundo sigue igual, la gente sigue su vida como si nada hubiera pasado, como si no te hubieras ido. Sin embargo siempre pienso en ti y en como seria todo si siguiera viva. En fin, hoy a sido un día normal, la escuela aburrida, ayudar a Tañía en la cafetería y eso. Aun nadie sabe sobre mi capacidad de sentir, tal cual te lo prometí-dijo acabando la frase en un susurro- Te extraño, aun no entiendo por que te fuiste, por que me dejaste sola en este mundo que ni siquiera conozco y que aun no se lidiar con el. Con este... monstruo que soy. Por que lo soy, soy diferente a ellos y para todos, un monstruo. Lo se por que así llaman a las personas que sienten como yo y que ven todo desde otro ángulo. Desearía que estuvieras aquí- dijo entre sollozos y medio gritando. Después de todo, a estas horas de la tarde no andaba nadie.

Al día siguiente , Cath no debía ir a la escuela ya que era sábado por lo que aprovechó para dormir hasta tarde. Al despertar fue a comer algo, ya que sentía que se moría de hambre. Luego, sin saber por que exactamente recordó algo que su hermana le había dicho días antes de morir, como si supiera que se iría para siempre. Cath recordó perfectamente ese día, Oriana le estaba dando clases de karate como hacia todos los sábados en los que su madre se ausentaba desde la mañana hasta la noche, cuando de repente ella le dijo "334567". Cath en ese momento no le dio importancia, su hermana era muy matemática y calculadora por lo que acostumbraba a decir números de la nada. Pero algo la había dejando dudando de esos números, cuando ella al fin se había decidido a preguntarle el lunes que eran esos números, Oriana apareció muerta.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2015 ⏰

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