Jaebeom

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Puedo recordar los tiempo cuando aún asistía a la escuela, en donde con inocencia decía que quería ser adulto, independencia y un trabajo, de esa manera hacer lo que quisiera.

Deberíamos escuchar a los adultos cuando dicen que en realidad, todos esos sueños, no son tan fáciles de conseguir, que la vida adulta no es tan maravillosa, que la independencia, llega de la mano de responsabilidades, muchas a decir verdad, desde que comer, hasta asear tu casa y organizar tus gastos, el trabajo soñado, ese con el sueldo que crees merecer, no llega mágicamente cuando recibes tu diploma de la universidad y cuando lo consigues, el trabajo es duro, las clases en las universidades deberían enseñarte esto, no sólo contenido de tu carrera, sino alguna clase, de, "cómo desenvolverse en el área de trabajo" o alguna mierda como esa.

Después de graduarme con un gran promedio, pase meses buscando un trabajo, asistiendo a tantas entrevistas, que ya me sabía el procedimiento de memoria, spoiler, no conseguía los trabajos, incluso, mi puesto actual lo conseguí de una manera algo extraña.

Fui contactado por un maestro, el me dijo que una empresa necesitaba gente, primero pensé en no ir, no quería ser de lo que entran arreglados, después me di cuenta, que de orgullo no se pagan facturas, tampoco se consigue la independencia, así que acepte y me presente al lugar.

No tenía altas expectativas, pero ciertamente me sorprendió cuando llegué, claramente había escuchado hablar del lugar, la empresa fundada por un chico de mi edad, que se abría paso entre los grandes, a una velocidad vertiginosa, por alguna razón, todo el mundo comenzaba a confiar en esta empresa y el entusiasmos explotó en mi interior, quería ser parte del camino al éxito absoluto, poder decir, "si, soy participe de los grandes logros de esta empresa".

Mi carrera en marketing y publicidad, estaba recién comenzando, eso era lo que pasaba por mi mente mientras hacía el recorrido por la empresa, seré honesto, no escuche mucho de lo que me decía la persona que guiaba mi camino, estaba volando otra vez, pensando en cómo sería y todo lo que haría para demostrar que vale la pena tenerme entre sus trabajadores.

No fui contratado para el grupo de marketing y publicidad, no, fui llevado hasta la oficina del gerente general, mark tuan, me recibió con una sonrisa cordial y pidió que nos dejarán a solas.

"serás el asistente del dueño de la empresa " de esa manera partió la conversación, puedo recordar mi silencio, mi falta de palabras ante esa afirmación, ser asistente del ceo de la empresa no es algo malo, para nada, un increíble puesto, un sueldo bastante atractivo, pero una parte de mi gritaba," no estudiaste para esto", claro que no estudie para esto, pero era una muy buena oportunidad.

Cuando pude reaccionar y asentir a sus palabras, mark me explico que el fue quien pidió a su antiguo maestro alguien de su completa confianza para este puesto, no cualquier persona podía usar mi puesto de trabajo o eso decía mark, yo decidí hacer lo mejor que pudiera, sin importar si era el área para la que me prepare, el maestro decidió confiar en mi y al parecer, mark tuan también lo hacía.

Creí que conocería a mi jefe, creí que trabajaría mano a mano, con el chico de mi edad, que levantó este lugar desde cero, al parecer, por el momento no era necesarios que lo viera de frente, mark siempre decía, "no aún", podría haber significado, simplemente eso, pero se sentía como si estuviera en una prueba constante, mostrando que de verdad podría hacer mi trabajo y que era bueno.

¿Qué tan difícil puede ser enviar correos electrónicos todo el día?, un poco de arrogancia e inocencia, nacía con esa pregunta, una que se rompió en los tres primeros correo que tuve enviar.

Lo hice pésimo en esos tres correos, primer error, tengo un horario para enviar mis correos, creí que si me preparaba un café y después lo enviabas, no había problema, fallo, mis correos deben ser enviados, cada día a la misma hora, sin faltas, no se aceptan atrasos, segundo error, uno cree tener buena ortografía, hasta que le envías un correo a mi jefe, la verdad, eran fallan pequeñas, realmente pequeñas, nada que te imposibilita entender lo escrito, pero cuando los envié, fueron devueltos con las correcciones que debía hacer y no hubo más respuesta, hasta que los reescribí.

Until it's perfect.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora