Piloto

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Brooklyn Grey

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Brooklyn Grey

Me senté en un taburete de la barra de la cocina viendo a mamá preparar la cena. Ella miraba el reloj a cada rato y poco a poco estaba entrando ligeramente en pánico. Sé porqué lo hace, papá debería estar en casa en quince minutos y a el le gusta que la cena este en la mesa cuando en cuanto el llegara. Blake, mi hermano mayor se acercó con su figura de Batman en la mano.

- Mamá, puedo ir a jugar a casa de Jaden? - preguntó mi hermano poniendo su mejor cara de perrito mojado.

Ella miró el reloj por quinta vez desde que llegué a la cocina y sacudió su cabeza negando.

- Ahora no, Blake. Lo siento hijo, falta poco para la cena y sabes que a tu padre le gusta que comamos todos juntos como una familia - se estremeció un poco al nombrar a mi padre-

La expresión de Blake cayó pero asintió mirando a mamá y se sentó a mi lado. Tomé de sus manos el juguete riéndome cuando vi que gruñó con molestia y lo tomó de mis manos de vuelta. Ambos somos grandes fans de Batman, nos vimos todas las películas.

Mi hermano es un chico muy lindo, tiene el pelo rubio y sus ojos son de un color azul muy claro. Él es el mejor, siempre me cuida y se asegura que nadie me moleste, además de él, claro. El único que tenía permitido molestarme era su mejor amigo, Jaden, quien vive en la casa de al lado.

- Oye Brook, necesitas ayuda con tu tarea? - preguntó él, sentado a mi lado. Blake tiene diez años, es dos años mayor que yo, así que siempre me ayudaba con la escuela.

- Nop, no tengo tarea hoy - le sonreí a mi hermano, balanceando mis piernas que caían del taburete.

- Bien chicos, pongan la mesa. Debe estar perfecta, de acuerdo? - dijo mamá metiendo el pastel de papas en el horno.

Blake y yo nos paramos de nuestros asientos, agarramos las cosas, y nos dirigimos hacia el comedor. Papá era muy particular, siempre todo tenía que estar perfecto, y si no lo estaba el se enojaba y se ponía muy violento. Mamá siempre dice que papá tiene un trabajo muy estresante y que por eso se ponía de esa manera. Él se enoja con mucha facilidad si hacemos algo mal. Llegaba a casa a las 17:30 todos los días, cenábamos y luego Blake y yo nos íbamos a nuestras habitaciones, donde jugábamos en silencio hasta las 19:30, cuando nos acostábamos a dormir.

Odiaba este momento del día. Todos estábamos bien hasta que él llegaba. Blake se quedaba callado y serio; la cara de mamá solo expresaba miedo y preocupación de que algo llegara a pasar; y yo, simplemente estaba sentada con la mirada perdida, deseando silenciosamente que llegara la hora de ir a mi habitación y quedarme encerrada ahí para siempre.

Blake y yo terminamos de poner la mesa y nos sentamos en silencio a esperar que a que él llegue. Mi estómago daba vueltas y mis manos sudaban, rogando para que él haya tenido un buen día y esté de buen humor hoy; algunas veces lo estaba, especialmente los domingos, el único día en el que me abrazaba, me besaba y me decía lo mucho que me amaba, mientras mamá y Blake se encontraban en la práctica de hockey y yo me quedaba en casa con él. Esos días eran los peores, nunca se lo he dicho a nadie como odiaba que me manoseara y me dijera lo hermosa que era. Por eso odiaba los fines de semana, prefería los días de semana en los que solo cenábamos con él. Me sentía tan incómoda a su alrededor, mis manos sudan y tiemblan.

Por suerte hoy, recién era lunes. Tenía toda la semana antes de que ese horrible momento se repita de nuevo.

Cinco minutos después, la puerta de la entrada se abrió y él entró. Blake tomó mi mano por debajo de la mesa y la apretó, haciéndome sentir segura. mi padre tenía el pelo negro, igual que yo, y ojos azules como los míos y los de mi hermano. Su ceño, al igual que siempre, estaba fruncido.

- Hola niños - dijo con su fuerte voz, un escalofrío recorrió mi espalda al escucharlo hablar.

Dejó su maletín sobre el sofá y se sentó en la mesa junto a mí, en la cabecera. No me moví, ni mostré ninguna expresión, ya que siempre era yo la que comenzaba los problemas y lo hacia ponerse de mal humor. Siempre parecía ser yo la que empeoraba las cosas para todos. Esto no solía ser así, antes de que papá se cambie de trabajo y nos mudáramos, el era el mejor papá del mundo, pero luego ni siquiera nos miraba a los ojos, como si quisiera pretender que nosotros no estábamos allí. La manera en la que miraba a Blake era como si quisiera que no existiera y de solo pensarlo mi estómago daba vueltas.

- Hola papá - respondimos Blake y yo al mismo tiempo. En ese momento mi mamá entró al comedor con la bandeja en sus manos, apoyándola sobre la mesa.

- Se ve bien, Arizona - dijo dándole una sonrisa a mi madre, antes de que todos empecemos a comer- Entonces Blake, cómo estuvo la escuela hoy? - le dijo a mi hermano.

Blake levantó su mirada con nerviosismo.

- Estuvo bien, gracias. Me postulé para entrar al equipo de hockey sobre hielo y Jaden y yo...- mi hermano habló y papá solo asintió fingiendo escucharlo.

- Eso es genial, hijo - lo interrumpió - Qué hay de ti Brook? - dijo él, dirigiéndose su mirada hacia mí.

Oh Dios! Brook, se cortés.

- Bien papá, gracias - respondí en voz baja.

- Habla más alto Brooklyn! - exclamó él, pronunciando mi nombre con asco. Me estremecí ante su tono de voz, preguntándome si me mandaría a la cama sin comer o si me pegaría.

- Estuvo bien, gracias - repetí, está vez hablando en un tono más fuerte.

El frunció su ceño y dirigió su fría mirada hacía mi madre.

- Entonces Arizona, que estuviste haciendo hoy? - preguntó él, llevándose su tenedor con comida a la boca.

- Bueno, yo fui al supermercado y conseguí ese café que tanto te gusta. También estuve lavando ropa y planché un poco - respondió mi mamá rápidamente, como si hubiera estado practicando su respuesta anteriormente.

Dirigí mi mano hacia mi vaso, pero no estaba prestando atención a lo que hacía y sin darme cuenta volqué el vaso derramando todo el líquido sobre la mesa. Los ojos de todos se abrieron como platos y se dirigieron hacia mi padre, quien rápidamente se levantó de la mesa.

- Mierda Brooklyn! Maldita perra inútil! - gritó agarrándome fuertemente del brazo y haciéndome levantar de mi silla. Me empujó bruscamente y mi espalda chocó fuertemente contra la pared, haciéndome soltar un jadeo por el fuerte impacto y morderme el labio para evitar soltar una lágrima, eso lo empeoraría todo. Ví como levantó su mano para golpearme y cerré los ojos esperando el golpe.

Escuché como alguien se levantaba rápidamente de su silla y se abalanzó hacia mí, abrazándome fuertemente, Blake.

- Suéltala Blake! Esta mocosa debe aprender a ser más cuidadosa! - gritó tomando a mi hermano de su camiseta y tirándolo al piso, me pegó una cachetada dejándome tirada en el piso contra la pared. Luego le pegó una patada a Blake en las piernas - No vuelvas a meterte en mi camino otra vez! Pedazo de mierda! - le gritó a mi hermano, recogió su comida y se dirigió a la sala -

Lágrimas caían por mis mejillas, no podía soportar ver a mi hermano así por mi culta, por querer protegerme. Él siempre lo hacía, por eso es el mejor. Me arrastré hacia él y lo tomé envolviendo mis brazos a su alrededor, el apoyó su cabeza en mi pecho sollozando.

- Lo siento tanto Blake, soy una estúpida! - exclamé llorando -

- Brook basta, no fue tu culpa. Deja de llorar, si? - dijo con preocupación, a él no le gusta que me culpe a mi misma por las reacciones de mi padre -

- Niños, tomen sus platos y vayan a sus habitaciones, si? Iré a verlos cuando todo se a verlos cuando todo se calme un poco - nos sonrió y besó nuestras cabezas - los amo - dicho eso desapareció por la puerta del comedor.

Blake y yo tomamos nuestros platos y nos fuimos a mi habitación.


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Bueno,,, cómo están?

Hice esta adaptación porque me encantaba esta historia y la autora la borró.
Seguro más tarde subo otro capítulo

Besoss❤️

Ángel - Jaden HosslerWhere stories live. Discover now