Bucle en el tiempo

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"Olvidar es volver a recordar", y claro que creo fielmente en ello, es justamente lo que acaba de ocurrir hace algunos minutos.
La mañana había transcurrido exactamente igual a los otros días, nada había cambiado, aún mantenía unas enormes ojeras por el insomnio y las pesadillas, mis clases habían culminado y pronto tuve que prepararme para el almuerzo,todo parecía estar tan normal como debería, solo que había un pequeño detalle, yo estaba a punto de tratar con un gran ataque de ansiedad, sin hacerse esperar más, este llegó, tan fuerte como en un considerable tiempo no había pasado, la cruel y triste realidad me golpeó, llenándome de recuerdos que solo en minutos me hicieron perder el control de mis actos y palabras.
Después de unos cuantos intentos para tranquilizarme, lo logré, la calma invadió poco a poco mi cuerpo inundándome de sosiego, llevándome  a este momento, en el que me encontraba pensando en todo y nada a la vez.
Desde muy niña nunca me gustó mi nombre, y al crecer dejé de prestarle atención, creo que nunca entenderé porque mi madre me llamó *Ayla*, hace como un año que mis días se basan en una horrible rutina que no ayuda para nada a mi inestabilidad emocional, para tener 17 años puedo decir que sé lo que puede hacer el dolor con alguien, lo sé mejor que nadie, hay momentos en los que me pregunto ¿en qué me he convertido?, la respuesta siempre es la misma, en una triste adaptación de un estereotipo,soy lo que ellos quieren que yo sea, traté de ser yo y solo conseguí reproches, acusaciones y la exigencia de un cambio para "ENCAJAR", ¿acaso es tan malo ser como soy?, no lo sé he pasado tanto tiempo fingiendo que ya no sé ni quien soy.

Últimamente he sentido que esta no es mi vida, pienso que soy un espectador en una película que cada vez va peor, pero no puedo afirmar con ello, que no me duele ver en lo que se convierte esto. Ya casi se cumplen seis meses desde que salí del colegio, ha sido difícil, comencé la universidad y no voy a mentir, no estoy segura de la carrera que elegí, aveces pienso que me apresuré, pero prefiero no pensar en ello, ademas las clases y tareas se han vuelto una gran distracción y estrés, digamos que gran parte del día estoy en ello, sin embargo el tiempo que resta trato de no acumular pensamientos, y la mejor forma de hacerlo es o dibujando, leyendo, escribiendo, cantando o pintando, realizar esto me ayuda, no podría decir que siempre pero lo hace. Tener trastorno de pánico, borderline, trastorno de ansiedad y depresión no es fácil, vives a la expectativa de que ocurra, y no tienes la menor idea de si lo lograrás, ademas de que en ese momento, al no controlarte puedes lastimar a alguien o a ti mismo, yo creo que eso es lo peor, no tener la certeza de lo que pasara. Hace unos días visite a mi psicóloga, la doctora Abby, ella ha sido una gran persona, ya han pasado casi ocho meses desde que la conocí pero cada vez que la veo es como si nos conociésemos de toda la vida, recuerdo que estaba nerviosa y emocionada, acababa de por primera vez asistir sola a un lugar, al entrar la vi y no me miró con pena, fue como si fuera alguien completamente normal, aún puedo ver su sonrisa al escuchar mis gustos literarios, todo fue sencillo y reparador. Bueno hay algo que me llamó la atención la última vez que la visite, y es que no me había pasado antes, recuerdo que acababa de llegar, casi siempre, el ambiente solía estar vacío, sin embargo ese día había alguien más a quien no conocía, le pregunté a Vicente el encargado del papeleo, y sólo negó con la cabeza, supuse que sería un paciente nuevo, después de esperar un rato había decidido sentarme a la espera de mi cita, pero una voz llamó mi atención era el mismo chico de la entrada, parecía que hablaba con su papá, su voz era confiada y se podría decir que hasta un poco arrogante, el cuando finalizó la llamada observó el lugar chocando su mirada con la mía, aún recuerdo esos ojos, parecían miel derramada en chocolate, tenían un peculiar pero atractivo amarillo, si no hubiera sido por la sonrisa socarrona que se extendió por su rostro, juro que no habría dejado de verlo, después de eso decidí que debía ignorarlo y así fue hasta que la Dra. Abby llegó hasta nosotros.
- hey que tal Ayla
-s.. uponngo que normal..
La Dra Abby me ofreció una cálida sonrisa
-¿y tu Cyrus?
-siempre podría estar mejor...
Eso fue lo que el no tan desconocido dijo
Había escuchado de él, la Dra Abby lo había mencionado algunas  veces en una que otra cita, sin embargo parecía un tanto diferente a lo que solía decir de él, igual y yo estaba equivocada, como dicen no se debe juzgar un libro por su portada.
-bueno chicos el día de hoy vamos a tener que tomar una decisión, ya que agende las citas a la misma hora, y no creo que podamos postergarlas, así que ¿quién viene conmigo?, para que el otro vaya con la Dra Liz.
Escuchar aquello me dejó pasmada, yo no quería ir con la Dra Liz, ella era realmente intimidante, además de que esta sesión sería importante para mí próximo ingreso a una academia de baile, necesitaba a la Dra Abby.
-parece que no quieren hablar, aunque es cierto no se conocen.. mira Cyrus ella es Ayla, Ayla el es Cyrus
Ofreciéndome su mano el me dijo
-un gusto
Pero fue cínico se notaba que lo decía con sorna, sin embargo preferí solo tomar su mano y responder
-igualmente
Después de eso solté su mano, ya que me causó una pequeña sensación de electricidad, y al hacerlo la Dra Abby le preguntó si estaría bien que el tomara esa sesión con la Dra Liz, el solo asintió, para después enfocarse en su celular, recuerdo que en toda la sesión con la Dra Abby no pude dejar de pensar en si lo volvería a ver, y es que estaba claro que no era una persona que se olvida fácil, no obstante el destino estuvo de mi lado ya que no lo volví a ver. Pensar en ello aún me causaba una sensación extraña, pero confiaba, que tarde o temprano pasaría y solo quedaría como un recuerdo. Ahora me encuentro un poco eufórica ya que mañana será mi primer día en la academia, es un poco estresante pensar en que ocurriría si sufro un ataque de pánico y es que sé, no muchas personas los conocen, sería extraño y vergonzoso que me vieran en ese estado, además que posiblemente, después se burlarían de mi, pensar en esto solo me causa muchos nervios así que optó por dibujar para disiparlos.
No pude dormir en toda la noche la ansiedad me había consumido, al llegar a la puerta de la academia supe que no habría vuelta atrás, y es que mi inseguridad no hacia mas que desalentarme, sin embargo tenia claro que esta era mi oportunidad de empezar a confiar mas en mis capacidades. Al dar el primer paso sentí el temblor de mis piernas, no obstante mis pies no pararon hasta pasar la puerta y llegar a la recepción, ya ahí visualice a una mujer, con una sonrisa enorme, muy tierna.

- buenos días, tu debes ser Ayla

me sorprendió un poco que la recepcionista supiera quien era

- eee...ssii

- hola Ayla, yo soy Justine, pero todos me dicen Juss

- yoo...

- vienes para unirte al grupo, cierto?

- si

- bueno este es tu carnet de asociada

dijo entregándome un sobre, el cual acepte 

- hey Simón, haz algo bueno y dale un recorrido por el lugar a Ayla 

cuando voltee me encontré con la mirada de un chico de ojos oscuros, cabello azabache  y una altura intimidante, paso a paso, el llego a mi costado, contestando

- claro Juss

si su altura es intimidante no quiero hablar de su voz, después de darme un vistazo muy descarado me dijo

- sígueme

El recorrido había sido mas ameno de lo que esperaba, Simón tenia un gusto muy parecido al mio en la música, no obstante una corriente me traspaso por la espalda baja al llegar a la entrada del que seria el salón de baile, cuando Simón me dijo que entrara mi mente quedo en blanco, no sabia si estaba lista o si siquiera algún día lo estaría, una cosa era clara tenia que intentarlo.

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Desde hace mucho quise escribir esto, y ahora que es una realidad solo espero nos acompañemos en esta vicisitud, espero les guste.

psdt: sonríe a las sombras que te acompañan.

En un mundo de sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora