› capítulo uno

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Taehyung se despertó exaltado cuando vio la hora en su celular siendo las 6:45 a.m, olvidando colocar la alarma en la noche para ir a recoger a su novio e ir a la universidad.

Se dirigió al baño y se duchó lo más rápido que pudo; al culminar salió despavorido de la casa sin desayunar. A decir verdad a Taehyung no le interesaba mucho si llegaba tarde a sus clases, lo que le preocupaba es que le había prometido a su Jungkook ir a recogerlo a las 7:00 en punto en su motocicleta y aunque amaba a su chico él no estaba para un berrinche a esas horas. Así que sin más se montó en su Harley negra y condujo a toda velocidad al hogar de su pequeño angelito.

Cuando pudo divisar la casa del menor, vio a un Jungkook parado frente a la puerta con lo brazos cruzados y un puchero pronunciado, en ese momento Taehyung supo que estaba en problemas.

Al estar enfrente del hogar, se bajó de la Harley y soltó un gran suspiro por lo que venía a continuación.

—¡TaeTae hyung llegas demasiado tarde! —el mayor solo respiró profundamente dejando que siguiera con su berrinche, conociendo que era peor interrumpirlo —Me prometiste que estarías temprano por mí , ¡me mentiste!

Cada que su pequeño novio hacia alguna rabieta, aunque en su rostro no mostrase ninguna expresión, Taehyung por dentro moría de ternura, ya que cuando el menor se enojaba parecía un niño pequeño, percibía sonidos salir de los angelicales belfos de su pequeño novio mas no los escuchaba; puesto que estaba distraído admirando la belleza etérea del contrario.

«Es hermoso», pensó Taehyung.

Salió de su trance cuando vio a Jungkook golpear el piso con su pie culminando su rabieta, soltó una pequeña risita reparando la cara del castañito toda roja por el semblante malhumorado.

—¿Acaso te estás burlando de mí, Taehyungie? Porque no veo lo graciosito.

—Claro que no, cariño, no te enojes conmigo. Prometo recompensarte ¿Qué te parece ir después de clase a comprarte un gran bote de helado vainilla con fresa? —conocía a su novio como la palma de su mano y sabía que no rechazaría su helado favorito, lo confirmó cuando los lindos ojitos de bambi se iluminaban por lo propuesto. —Y aún no termino.

—¡¿H-hay más?! —dijo emocionado ya olvidando el hecho de que su hyungie llegara tarde. —Sí, después de comprar el helado ver en el cómodo sillón de tu casa la película que tú quieras.

—¿En seriecito? ¿Lo prometes? —el pelinegro asintió

—Lo prometo.

—Por la garrita —el castañito levantó su dedito meñique para que el mayor juntara el suyo y sellara la promesa.

—Cariño, lo prometo pero no haré eso. —habló decidido no dispuesto a cambiar su decisión.

Como si eso fuera cierto.

—P-pero hyung, por favorcito —viendo que el mayor no estaba dispuesto a ceder, Jungkook hizo un pucherito, batiendo sus pobladas pestañas —Por mí, please.

Solo esos gestos y esas tres palabras bastaban para que el badboy Taehyung se doblegara solo por la hermosa persona en frente.

—Tsk, está bien. Por la garrita —se rindió ante los encantos del castañito uniendo los meñiques y sellando la promesa. —Ahora, es mejor irnos las clases iniciarán en quince minutos.

—Hyungie, ¿podrías cargarme hasta tu motocicleta? me duelen mi piecitos de tanto esperarte aquí parado.

—Cielo, solo llegué cuatro minutos tarde, además la motocicleta solo está pasando la calle.

—Sí, pero cuatro minutitos son mucho para mí Taehyungie, please.

Era ridículo discutir, solo cedió de todos modos lo terminaría haciendo sí o sí —Está bien, vamos sube a mi espalda —se dio la vuelta quedando espalda hacia su bebé caprichoso, después sintió el ligero peso en él, encaminándose hasta la Harley.

—Gracias TaeTae, te amo muchito.

—Y yo a ti mucho más, precioso.

Ah, como le encanta mimar a su lindo bebé

mimado, taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora