II

402 49 79
                                    


Llevaba sobre la cama alrededor de diez minutos, pero seguía sin estar preparado para ponerse de pie, su habitación tenía una ventana que daba directo hacia el pequeño patio de su casa, había olvidado cerrar las cortinas por la noche y ahora podía observar de forma perfecta como la niebla cubría por completo el paisaje. No pudo evitar comparar ese fenómeno natural con su vida, el modo en que bajo algunas circunstancias terminaba completamente cubierto por una niebla que lo entumía y lograba petrificarlo en su lugar, pero luego esta se disolvía gracias a pequeños rayos de sol, pero de todos modos sus consecuencias quedaban ahí, en el frío que se lo acompañaba durante el día, o la humedad en su ropa que lo ponía enfermo. A final de cuenta no importaba si la niebla desaparecía o no, si ya lo había tocado lo acompañaría para siempre.

Recordó los primeros días del verano pasado, esos días en los que el sol se ponía más tarde entre las montañas reflejadas en el agua del lago, las risas que había soltado abrazado a Isabel y Farlan mientras los tres se prometían sobre un futuro que veía tan complicado de alcanzar ¿Por qué la gente solía hacer eso? Soñar sobre un futuro, imaginarse cosas que no tienen idea si podrán conseguir o no, mismas cosas que luego los aplastaba hasta volverlos seres ciegos, vivían por y para una situación, esclavos de sus propios deseos, verdugos de sus vidas, aunque seguramente aquello era mucho mejor que ser como él, que no tenía idea de qué quería, o más bien no se atrevía a pensar más allá, a desear algo, le asustaba el desearlo y arruinarlo, no poder con ello y fracasar nuevamente, vivía sin un propósito claro, sin una meta que lo llamara a ponerse fuera de la cama. 

- Levi, vas a llegar tarde si sigues en la cama.- escuchó a su madre desde el otro lado de la puerta, luego de la noche del Viernes no había vuelto a intentar entrar a su habitación, él tampoco se había forzado a pasar el fin de semana fuera de las cuatro paredes que lo rodeaban, había bajado a la hora de la cena, solamente porque no quería que lo jodieran, había mantenido el teléfono apagado, sabía que tendría unos cuantos mensajes al momento de encenderlo, pero ya buscaría alguna excusa, quizás lo dejaría en casa y  mentiría sobre haberlo perdido o quebrado.- ¿Levi?

- Mamá ya te escuché.- respondió con voz cansada, eran veinte para las siete de la mañana, pero sentía que ya eran las diez de la noche y que necesitaba volver a la cama para dormir ¿De verdad tenía diecisiete años? porque no sentía esa energía de la juventud de la que tanto hablaban los mayores, tampoco sentía que tuviese la vida de los adolescentes de las series, no iba a demasiadas fiestas, y la cantidad de tríos que había tenido se resumían a cero. 

Salió de su habitación al poco rato, viendo como los mensajes golpeaban su pantalla de inicio al encender su teléfono, se sintió culpable al ver la cantidad de mensajes que Isabel le había dejado y deseó que nada malo le hubiese pasado en su ausencia, también habían algunos de Pieck, seguramente la mitad eran insultos por haber desaparecido de ese modo, sus amigas no merecían que les tratara de ese modo, pero durante esos días no había estado en sus cabales, no quería tener que hablar con alguien y fingir que estaba bien, cuando sentía que algo suyo se perdía con cada encuentro, se estaba rompiendo de un modo tan lento que parecía una tortura.

 Ignoró al resto y volvió a apagar el aparato, estaba teniendo una mañana complicada como para husmear en las redes sociales y ver como todos habían tenido un fin de semana espectacular mientras él se lo había pasado en la cama escondido entre las sabanas mientras mantenía la televisión encendida para sentirse acompañado. 

No se sentó a desayunar, Kuchel se había rendido con intentar conseguir que su hijo adolescente lo hiciera, ahora simplemente le dejaba una taza de chocolate caliente y una bolsa de plástico donde ponía algo para que comiera en el camino. Metió todo en la mochila, bebió la mitad del café y salió pitando de la casa, cerrando con más fuerza de la que deseaba. Giró el rostro para ver a la mujer asomada en la ventana, negando mientras sonreía y le lanzaba un beso, sonrió de de forma suave, su mamá era bonita, tierna e inteligente, de verdad le agradaba pero de todos modos a veces sentía que debía tenerla lo más lejos posible, en realidad se sentía así con todo el mundo, parecía que las personas que lo rodeaban tenían una esencia tan brillante que lo cegaba del mal modo, sentía que desteñía con su actitud, que siempre era la razón por la que los demás dejaban de reír o cambiaban los temas de conversación. Era él quien no iba a las cenas familiares, quien no asistía a las reuniones de sus amigos, el que faltaba a las ferias escolares y cualquier evento social al que no estuviera estrictamente obligado a asistir, en esos e había convertido en el último tiempo. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 28, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Liability |AU, Eruri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora