Diario del Bosque
Respiraba tranquila el aire fresco del bosque, un aire limpio y puro que es agradable, que limpia los sentidos.
El silencio reina en ese lugar, por eso me gusta ir tanto al bosque, pero aquella vez que encontré ese extraño librito al lado de la fría y lúgubre tumba custodiada por la mariposa, cambió mi punto de vista del bosque. Sus escritos parecían salidos de los más profundos sentimientos de amor y devoción hacia el bosque, todo comienza con la pequeña dedicatoria y se profundiza a medida que las palabras avanzan desesperadas en los ojos esperando que su profundo significado sea resuelto y revelado a las mentes humanas.
Dedicatoria:
Al sabio y viejo Bosque, que me vio nacer y me verá morir.
El librito se componía de una sola página escrita, con una caligrafía bastante cuidada y que me producía cierta tranquilidad.
Y pensar que solo somos pequeñas e insignificantes manchas en un planeta lleno de manchas.
El bosque es viejo, ya sus años le están pasando la cuenta y diciéndole que ya es la hora de partir. El bosque es antiguo, es sabio, sabe todos los secretos del planeta; desde sus saberes milenarios hasta los remedios que curan los males que aquejan ya mi vejez.
El bosque habla, siempre me susurra sus secretos, confía en mí, sus árboles me cuentan las leyendas que pasaron de generación en generación, las hojas me arrullan con las canciones que le cantan a la luna.
El bosque es el padre de todos, vio nacer y morir a todos aquellos que vivieron en su terreno. Me vio nacer en los dolores del parto de mi madre, escuchó mi primera palabra, me vio levantarme y caminar en sus verdes jardines lleno de caléndulas, rosas, dalias y violetas.
El bosque es hermoso, canta libremente en las mañanas húmedas, en las mañanas que el pájaro canta anunciando el nuevo día.
El bosque está lleno de vida, conejos saltan en los prados que explotan en alegría, ardillas le hacen cosquillas al tronco del árbol y ellos se ríen de aquello, los peces nadan de aquí para allá en cristalinas aguas, aguas puras en las cuales te puedes reflejar, las aves vuelan en los cielos azules, libres y alegres cantan dándole exquisitas sinfonías que en ningún teatro escucharemos nunca.
Pero no todo puede ser alegría.
El bosque es invadido por los extraños, es explotados de manera inimaginables, de manera que le acaban de a pocos.
El bosque siempre fue generoso con nosotros, nos dio de comer y beber, nos dio un hogar cálido, alegre y nosotros le hemos tomado demasiado.
Le desnudamos sus montañas, le matamos sus hijos, le contaminamos sus venas con plomo, hierro y desechos de aquel extraño vecino que se hace llamar "metrópoli".
El bosque se enferma, el bosque está triste.
Ya no escucha las exquisitas sinfonías de sus pájaros, los árboles no ríen al sentir las cosquillas, los árboles lloran al ver como sus hermanos son asesinados por grandes máquinas invasoras.
El bosque ha cambiado, el bosque ya no es el mismo.
Todo es diferente a como era, una gruesa capa gris le cubre día y noche, provocándole tos y enfermedades.
El verde pasto ya es amarillo, ya no tiene vida; es quebradizo y pequeño.
Sus conejos son cazados y vendidos como carne para comer, ¿desde cuándo el bosque dejo de ser lo que era?
Esa pregunta me acribilla mi mente todos los días.
Mi infancia en el bosque fue buena, fue linda mientras la vida brotaba alegre y sin tapujos, pero mi vejez no será igual.
En un bosque moribundo y enfermo moriré.
¡Ay de ti, bosque generoso, que destruyeron y acabaron toda tu historia!
¿Cuánto les diste a ellos y como te agradecieron?, asesinándote.
"Os desprecio a todos", les decís a ellos, pero son sordos.
"Perdonadme y os daré los que queráis", pero no hacen caso a tus suplicas.
"Parad", pero ellos siguen.
O querido bosque, o querido bosque, tu tiempo se acaba con cada segundo que pasa.
El tiempo, que tanto fue tu amigo, se convirtió en tu peor enemigo.
El humano, aquel al que alguna vez le diste un hogar, ahora te va a aniquilar.
Ahora que te arrepientes ya es tarde, no queda nada de tu existencia, no existe.
Me duele verte partir así, pero ya es inevitable, todo está planeado, ya todo es cuestión del tiempo.
Oh querido bosque, moriré contigo.
Desearía convertirme en una mariposa, aquellas que van y vienen, para poder acompañarte hasta el final de tus días.
Estas son mis últimas palabras escritas en papel, para el recuerdo de la barbarie humana.
***
Al terminar de leer, las lágrimas corrían por mis mejillas.
Como pudimos acabar al bosque, aquel ser tan generoso que nos dio un hogar y comida.
Mi cabeza daba vueltas una y otra vez, no podía dejar de pensar: ¿Quién escribió esto?
La pregunta rondaba por mi cabeza, quitando la paz que había en mí, mientras trataba de dar con alguna respuesta releyendo el escrito, pero nada. No había nada que diera una pista.
Alcé mi mirada para concentrarme, un pajarito cantaba alegrando el ambiente pesado, cerré mis ojos tratando de desviar mis pensamientos hacia otras cosas. Cosas que alegraran mi día dejando de lado aquella melancolía que no dejaba de darme más y más tristeza que se iba acumulando de a pocos.
Revise con más cuidado la taba del librito, decía Diario del Bosque, un lindo título a aquellos sentimientos que quedaron plasmados en papel. Papel que de pronto había sido extraído de las hojas de los árboles del boque.
La mariposa seguía ahí, al lado mío, callada y paciente.
Dejé el libro para poder levantarme, intenté llevármelo para poder mostrarlo a mi escuela. Pero la mariposa no parecía dejarme ir, revoloteaba alrededor mío tapando mi vista.
Entonces el libro lo dejé donde lo había encontrado, al lado de aquella misteriosa tumba, pero al darme cuenta de lo que estaba escrito entendí por fin quien era el dueño de aquel diario, las palabras escritas hablaban por si solas:
Aquí reposan los restos mortales de John Anderson, cuidador y protector de la fauna, aquel que luchó por el bien del Bosque, y que consiguió por fin, la protección que tanto deseo para aquel.
Descansa en paz, luchador.
mayo 19 de 1945-marzo 20 de 2021
Me retire del lugar en silencio, pero no en silencio normal, sino en un silencio de respeto. De respeto hacia John...
El Protector del Bosque.
Autor del Diario del Bosque.
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El Diario del Bosque
Short StoryMil y un pensamientos que vagaban en su cabeza, vomitados en una hoja de papel abandonada en la mitad del bosque al lado de una fría y lúgubre tumba. Una mariposa que acompañaba fiel a su lado, esperando a que leyeran el librito. Y yo, tuve esa s...