Hola, soy Paola, mi amiga encargada de narrarles mi historia se tomó el día libre así que por esta vez estarán leyendo mis específicas palabras, además, les relataré algo que nunca le he contado a nadie así que creo que por obligación este capítulo me toca contarlo a mí. Pónganse cómodos y cómodas, vamos a empezar.
Conan: Paola, Paola.
Escuché a Conan mientras despertaba sintiéndome algo mareada.
Conan: Hasta que al fin despiertas -dijo aliviado- ¿estás bien?
Paola: Sí, bueno estoy algo confusa pero creo que cuando termine de despertar estaré mejor -le respondí intentando abrir mis ojos.
Conan: Menos mal, estuve preocupado -agregó suspirando.
Paola: Conan, ¿Cómo llegué aquí, no estábamos en el techo de la torre?
Conan: Sí, pero al parecer por la emoción del momento te desmayaste y te traje hasta acá.
Paola: ¿Tú me cargaste hasta aquí? -dije frunciendo mi frente.
Conan: Obvio Paola, ¿qué pasa? ¿no ves que soy puro músculos? -dijo sonriendo mientras me mostraba sus diminutos bíceps y realmente creyéndose lo que había dicho.
Paola: Más bien puro huesos querrás decir -le respondí sonriendo también.
Conan: Te despertaste graciosa ¿eh?
Paola: Bueno, digamos que me siento feliz -le dije a la vez que inclinaba mi cabeza hacia el lado dando a entenderme algo insegura
Conan: Me alegra que sea así. Iré por algo de comer y beber para ti, debes recuperarte.
Paola: Vale eso sería perfecto la verdad es que tengo mucha hambre -dije aún sin borrar la sonrisa de mi rostro.
Conan: Perfecto, espérame entonces, no tardo y no te levantes de la cama sí -me dijo casi regañándome y terminó dándome un beso en la frente, fue raro, pero supongo que no me molestó.
Entonces Conan se dirigió rumbo a la puerta que quedaba a mis espaldas mientras que yo lo seguía con mi mirada. Cuando se marchó, intenté lentamente levantarme de la cama teniendo en cuenta que estaba yendo en contra de lo que Conan me había dicho, pero tan solo quería acercarme a la ventana y mirar a través de ella, lo cual normalmente me daba mucha paz.
Estando ya al fin en la ventana me recosté a ella y empecé a disfrutar de la vista de los alrededores del orfanato, pero esta paz duró muy poco. De repente me sentía muy incómoda, era esa rara sensación que nos entra en el cuerpo cuando sentimos que alguien nos está observando. Me dediqué a mirar con cuidado cada rincón de las afueras del orfanato y lo vi. Era un hombre muy delgado de unos ciento setenta y cinco centímetros, lo cual era bastante alto en comparación conmigo, tenía unos jeans azules de mezclilla y una sudadera negra con capucha, la cual obviamente tenía puesta, imposibilitándome la vista hacia su rostro. Estuve viéndolo fijamente por más de dos minutos, no se movió, no podía tan si quiera verlo respirar, era como si estuviese esperando a que me marchara para poder volver a hacer lo que estaba haciendo. Sentía como si quisiera mirar a la ventana, pero no lo haría mientras yo lo estuviera viendo a él, era inquietante y algo atormentante para mi débil cuerpo.
Decidí dejar de verlo y volverme a dirigir a mi cama, de todas formas esa persona estaba fuera del orfanato, por lo que si me buscaba, o quería algo de mí, no podría obtenerlo. Cuando me volteé a mi cama todo mi cuerpo empezó a temblar, me estaba tambaleando y supe que en cualquier segundo podía caer al suelo. Me aguanté de la repisa que estaba al lado de la ventana para intentar mantenerme de pie, pero el impacto de lo que estaba viendo solo ayudaba a mi sistema a sentirse peor. Aquel chico que había estado viendo ahora estaba frente a mí, ahí parado de nuevo sin moverse ni hacer nada. Podía escuchar su respiración, estaba calmado y por algún motivo el tener que escuchar como entraba y salía aire de sus pulmones solo me incomodaba más.

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Como si de Arañas Fuera
Teen FictionBienvenidos al mundo de Paola 🕷...🤫 PD: obra protegida por favor evite tomar personajes temáticas y la propia historia que contiene este libro use su imaginación gracias por leer 🥰