"Colgando en tus manos"|| GioTrish.

Ojos color sol. 1

Passione, un hermoso y gran país, un reino, un imperio, cuyos territorios con naturaleza tan variada le daba un reconocimiento por biodiversidad, algo que ningún reino podía negarles, no podían arrebatarles ese premio de fauna y flora tan exquisita.
La naturaleza y las riquezas abundantes de aquel país eran todo el orgullo de su pueblo, gente que, cada quién diferente pero, acostumbrados a tener un gran ego al referirse de donde provenían cuando iban al exterior, o cuando un forastero preguntaba donde estaba, lo bombardeaban con un discurso de los magnífico del reino antes de siquiera decir el nombre.

Todo este egocentrismo colectivo solo podía reflejarse aún más en la familia real, Los Naso.

Sólido Naso, el rey del momento, también apodado como Diavolo por su crueldad al castigar en nombre de la justicia (apodo con el que reemplazó su nombre oficialmente, para su reino, por gustarle como intimidaba al pueblo y a la vez los inspiraba), era un gobernante que dejaba dudas pero, tan pronto como alguien tenía como idea derrocarlo, pasaba una de dos: ocurría algo que hacía pensar que lo mejor es que siguiera en el mandato, o directamente quién tuviera la idea moría inexplicablemente para la mañana siguiente.

Por otro lado, había tardado mucho en tener una reina oficialmente, cosa que para las costumbres del reino fue bastante extraño, pero la alegría inundó al reino cuando se anunció la boda de este con la hija de un Duque, una linda dama de nombre Donatella, Donatella Una.

Sin embargo, por más que Diavolo mantuviera su imagen, nada lo preparaba a él o al reino de lo que se avecinaba: La peor sequía de todos los tiempos.
Los árboles dejaron de dar frutos, el sol empezó a quemar como nunca en las pieles de la gente, atacando con violencia todo lo que pudiese. Las nubes casi dejaron de existir, y las pocas que pudieron verse nunca traían lluvia. Los animales migraron lejos de los territorios del reino, y el ganado no pudo mantenerse ni por la mitad del tiempo que duró toda la crisis.
Toda montaña verde húmedo se transformó en amarilla tierra seca acumulada, deshabitada, la escasez de comida y agua daban unas circunstancias inhumanas y muchos optaron por irse del reino en busca de sobrevivir, siendo esto buena idea para algunos, y para otros una mala, faltando a estos bastante suerte.

Un total de 10 años pasaron luego que se iniciara la sequía, una crisis que se trató de las formas más supersticiosas posibles, como rituales religiosos, rezos y oraciones todos los días, casi la mayoría del día, incluso se consideró el hacer sacrificios humanos para complacer a algún Dios que les devolviera la dignidad a sus tierras. Pero finalmente, la décima primavera de ese martirio, al mismo tiempo que la hija de la reina Donatella empezaba a llorar con todas sus fuerzas, segundos luego de nacer, empezó una lluvia impresionante, un diluvio bendito que le regresó mágicamente el verdor a los campos y los bosques, a los valles y montañas, los árboles se vistieron con hojas y les nacieron frutos como nunca antes.
La nueva heredera al trono de Passione no abrió sus ojos en todo su primer día de vida, quedándose dormida en la noche, y nadie supo si se durmió porque la lluvia se detuvo, o si la lluvia se detuvo porque ella se durmió.

Al día siguiente, en la madrugada, la niña despertó, sin llantos, pero sí con los ojos bien abiertos, unos color verdoso como su padre, parecía que no tenía mucho parecido con su madre, ya que incluso tenía el cabello rosado como su progenitor.
Ese día, nadie vió el sol salir, solo logrando sentir una calidez suave de este y ver lindas nubes adornando todo el cielo, protegiendo del calor como una manta protege del frío.
Y desde ese entonces, en Passione, nadie vió el sol salir otra vez, percibiendo como si este estuviera ahí, pero jamás logrando percibir un concreto amanecer o atardecer, incluso la naturaleza parecía sentirlo así.

El nacimiento de Trish D' Naso fue considerado como el causante de los milagros.

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El linaje real de los Joestar era considerado desde muchas décadas atrás como la familia más honorable que haya gobernado el reino de Bizarre, un país pequeño en comparación a sus cercanos, pero con una gran reputación a nivel económico y político. Cada integrante de la familia tenía un cargo importante en algún sentido (comúnmente político) conforme iba creciendo, y el futuro del siguiente integrante de la familia no iba a ser muy distinto.

El rey Jonathan Joestar, en su momento, volvió a casarse años después de la pérdida de su primera esposa, Erina Pendleton, esta vez contrayendo nupcias con una plebeya del pueblo de nombre Dione Brando.

El resto de los Joestar no podían estar más contentos con la felicidad de Jonathan, no obstante notaban actitudes extrañas en su nueva esposa, cosas que intentaron hacer que él también notara, sin mucho éxito. Jonathan estaba demasiado enamorado.

Por fin, un hermoso día de primavera, el segundo hijo de Jonathan nació, los ojos de Dione jamás se habían visto tan conmovidos y, sin más remedio, toda la familia celebró la llegada del nuevo integrante: Giorno Joestar.
Ese día no hubo dudas y, a partir de allí, los Joestar no esperaban tan buen comportamiento de parte de Dione, aunque durando esto unos tres años de esta forma.

Días después del nacimiento de aquel niño con la cabellera de su madre y los ojos de su padre, una noticia hizo sonreír a Jonathan, y esta noticia trataba nada más y nada menos que de una invitación por parte de un rey que conocía hace una década atrás, invitándolo a asistir a la celebración que se haría en su reino en honor a la culminación de la sequía en su nación.
Un comentario de parte de un integrante de la familia al momento de Jonathan comunicar esto le quedó resonando en la cabeza hasta, demasiado inocentemente, creerse esto: “Ahora resulta que nace tu hijo y un imperio renace de las cenizas... Seguro mi hermano es un milagro o es mucha coincidencia.”

Jonathan fue a la celebración con su esposa y su hijo con apenas dos semanas de nacido, impresionándose y alegrándose al conocer a la nueva heredera de aquel reino. Así mismo, el rey de aquel lugar le pareció agradable la noticia del hijo de Jonathan y, pareciendo para ellos buena idea, pusieron a sus hijos en la misma cuna, siendo vigilados por sus madres respectivamente.

Y fue allí, por primera vez, cuando hebras doradas y hebras de rosa se juntaron, cuando esmeraldas y zafiros se encontraron, y cuando aquellas manos se sujetaron temblando.