Tenía ganas de decirle que le he pensado mucho, que su ausencia ha servido para añorarle de una forma distinta. Quería decirle que no han sido buenos días, que la debilidad me ha atacado en forma de lágrimas. Quería decirle que me parece que la tristeza inunda páginas de mis textos, quería decirle tantas cosas… pero no le he dicho nada, como muchas veces. Mis confesiones se han hecho nudos en mi garganta.