El cariño es muy simple, las personas lo complican

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Me dices que he sido egoísta, que no sientes mi cariño, que desde que veías mi cara al decir que al llegar a una edad avanzada te iba a enviar a un ancianato, te interiorizabas la forma en la que iba a crecer sin cariño por ti, que te dolía ver como no te ayudaba en tus compras, que cada vez que gastaba el poco dinero que conseguía, lo hacía en cosas mías. Que he sido egoísta, que no te apoyo y que ya no esperas nada de mi.

Yo nunca sentí tenerte, ya te lo decía desde la escuela, con mi esfuerzo total solo para enorgullecerte nunca presenciabas o compartías conmigo. Nunca te vi vitorear mis logros, nunca preguntaste mis motivos y te acostumbraste a mi grandeza como lo normal, como lo que debías esperar de mi y yo me harté de no sentir en aquel tiempo. No encontraba apoyo en mi hermano, y en ti encontraba una cara vacía, un abrazo y unas palabras lindas, pero mucho tiempo estuve solo y nunca le diste importancia, te cansabas de mi cuando no era yo el hijo que tenias idealizado y yo me cansé de no contar contigo de saber que me ibas a juzgar y no ibas a entender mis motivos, mis propósitos y mis metas. Me cansé de las veces que yo no era suficiente y me lo dejabas claro, dictando con totalidad que había fallado. Sin buscar una razón, sin buscar un por qué en mi. Hablabas sin pensar y eso me dolía, y aún lo haces, el problema es que ya no soy el mismo niño, ya no olvido tan fácil, ya no pido perdón pensando que yo tengo la culpa y tu me acusas de buscar mi avance a tu costa, cuando desde siempre he querido dejar de ser una carga para ti, tal vez no apoyándote, pero buscando que no tengas que hacer las cosas por mi.

Y estuve tiempo buscando que tu y yo fuésemos amigos, que fuésemos iguales (En valor), que las cosas fueran a mejor, que habláramos, que dejáramos claro todo. Y tu esperabas que yo supiera todo, que estuviera consciente de todo, sin pensar que tal vez yo estaba aprendiendo y te estaba buscando también como mi mentora, como lo que eres, Mi madre.

 Tu sentías que te volvía a fallar, porque no estoy atento a todas las cosas que tu ves ya que no las he pasado, no he visto los errores y sus consecuencias, pero tu te sentías cansada de tener que serlo todo, pensando que tu tenias que cargar con eso, porque yo no podía, pero nunca me enseñaste, nunca me mostraste como vivir, como ser una persona. Y eso solo lo he aprendido de mis errores, y para eso tengo que fallar.

Llegó un momento donde preferiste otras personas, donde preferiste infravalorarme, y aun cuando contabas conmigo, nunca fui suficiente. Llegó alguien más a tu vida, y pareciera que se volvió tu pilar, al punto donde llegué a sentir que lo preferías a él para tomar tus decisiones, antes que a mi. Y ojalá algún día puedas ver a través de mis ojos y veas las cosas como yo las ví, y me entiendas, busques quien soy y lo complicado de mis pensamientos. porque yo te entiendo, sé por qué has hecho todo lo que has hecho, pero eso no quita que me duela que tu no me veas a mi, o intentes entenderme solo proponiendo mis pensamientos como diferentes y errados. Y yo he intentado hablar contigo, hacerte ver mis problemas, para que busquemos una solución pero así como tu eres terca, yo también lo soy, y nunca llegamos a un acuerdo mutuo, o eras tu o era yo, y siempre ganabas tu. Sólo ganabas tu.

Y ahora me dices que estás decepcionada, de mi, de mi hermano, de ti misma. Y todo esto pudo ser muy distinto, pero tu amor y tu aprecio venía en otro paquete muy complicado, donde primero estaba nuestro bienestar físico, nuestra salud, nuestro pan diario, nuestro aprendizaje para un futuro, pero nunca estabas tu en la forma correcta para buscar ayuda con tus pensamientos, y nunca aprendiste a apoyarnos a nosotros en los nuestros. Mi hermano supo entender esto mejor que yo y ya hace más de una década que no discute contigo, que no busca consuelo en tí para su mente. Él también entendió que de una u otra forma, a este punto la mejor forma de dejar de fallarte, es alejarnos de ti para que no te afectemos. Y al hacerlo también sientes que te fallamos.

Esperas que siempre esté para ti, y que siempre lo esté. Y entiendo por qué quieres eso, porque también tienes un anhelo de que a tus ojos yo cambie que sea la figura que tu idealizabas de mi. Pero yo no puedo atarme a vivir la realidad que nos rodea, yo quiero ser alguien más y eso no lo voy a lograr si no sacrifico el esfuerzo que supone apoyarte ahora. No hay problema para apoyarte con esfuerzo físico, pero admito que el rencor que tengo es algo que me atormenta cada día, cada vez que discutimos, cada vez que me haces una pregunta fuera de lugar. Yo quiero amarte pero es muy difícil hacerlo con tantas memorias que me incitan a lo contrario, y aun tengo voluntad de hacerlo, incluso cuando caigo y te deseo lo peor, porque luego me levanto y veo tu bondad. Hasta que se repite el ciclo.


No es fácil encontrar una solución a todo esto con tantos factores que nos hicieron llegar hasta aquí, pero intentar mejorarlo no me cuesta nada. Aún cuando parece que tu no ves la solución en el mismo camino.

Todo pudo ser diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora