Rivales (Suayeon)

Extra #6

Sua estaba muy alegre, más de lo que recordaba haber estado alguna vez. ¿Cómo no?
Hace unos dos días, la noche del baile de invierno, fue el momento más emocionante y hermoso de su vida. Pasaron muchas cosas, ella terminó bebiendo, comiendo alegremente y felicitando a Minji y Yoohyeon por ganar como reinas del baile.

Aunque el acontecimiento principal de aquella noche, fue la declaración más tierna y hermosa que le había dado Lee Siyeon, su Siyeon.
Bailaron juntas mucha veces, mirándose a los ojos con dulzura e ignorando las miradas curiosas de los otros compañeros. Sobra decir que también se dieron varios besos, Sua amaba los suaves labios de la ojimarrón.

Y no, no fue un sueño. Esa noche, después de que Siyeon la despidiera tímidamente frente a su casa, ella se lanzó un balde de agua fría para asegurarse de no estar dormida. En realidad, fueron dos baldes, para rectificar. Uno nunca sabe. Al día siguiente no lograron verse, para la desgracia de las dos chicas. Sua tuvo que asistir a una reunión familiar y estuvo todo el día de muy mal humor. Goeun alzaba una ceja, riéndose un poco.
Sua evitaba mirarle a los ojos, como su hermana llegara a enterarse de lo sucedido con Siyeon, en cuestión de segundos toda la familia lo sabría.

Y lo menos que necesitaba era que sus padres se enteraran sorpresivamente, Laura seguro estaría montando una fiesta de celebración pero a Alejandro no le agradaría la idea. Prefería decirles por su propia boca , cuando se sintiera preparada, o cuando Siyeon se dignara tener ovarios y fuera a la casa a hablar con sus padres.

El domingo fue lo mismo, Siyeon no podía dejar sola a sus padres, ya que querían almorzar juntos.
Lo único positivo fueron los mensajes de texto que intercambiaron. Sua sonrió al recibir el primero, preguntándose dónde había encontrado su número la ojimarrón. Sospechaba de cierta coreana.

Y aquí estaban, un lunes, en el instituto. Ya a estas alturas, todos debían saber que entre Kim Bora y Lee Siyeon había algo. No eran amigas, aún no, eran mucho más. Sua estaba sentada en una de las mesas del patio, mirando hacia el aparcamiento, esperando cierta chica de ojos marrones y sonrisa angelical.

-Estoy frustrada- fue el comentario inútil que hizo la chica castaña.

-¿Por qué?- Minji estiró los brazos, ella también esperaba a Yoohyeon.

-Hace dos días que me he besado con Siyeon y le dije que la amaba, no la he visto desde entonces- su tono fue sarcástico, se cruzó de brazos, mientras movía la pierna-. ¿Qué se supone que somos ahora?

-¿Rivales con ciertas actitudes cariñosas?- la coreana tentaba a la suerte con su chiste, vio los ojos chocolate asesinarla y alzó las manos-. No me mates, era broma. ¿No querrás dejar a Yoohyeon soltera, verdad?

-Le haría un favor- rodó los ojos.

-Pff, claro- chistó con gracia, echándose el cabello hacia atrás-. Ya quisiera ella encontrarse otra novia como yo.

-No le deseo tanto mal, Minji. Espero que no existan dos como tú, con una me basta- Sua movió las manos, esperando que la coreana se picara.

-¡Oye! Que tú no eres Miss simpatía- le dio un golpe en el brazo, la castaña sonrió-. Soy increíble y estoy segura que Yoohyeon piensa igual.

Una voz tras ella respondió, divertida.

-Tienes razón, Jiu- Yoohyeon sonreía con dulzura a su novia, la sonrisa resplandeciente de la coreana se mostró en sus labios-. Eres maravillosa- se sonrojó.

-Aww, gracias, Namu- la coreana le hizo ojitos.

Minji se lanzó a abrazarla, dándole besos en las mejillas y finalizando con un beso en los labios, Yoohyeon reía como idiota, aún ruborizada. Sua rodó los ojos, tanto amor por las mañanas le hacían sentir diabetes nivel III. Si es que existía. De todas formas, eran empalagosas.