A fuego (YoonGi chilensis)

7-. The rial

María José's POV

Abrí mis ojos y fruncí el ceño, estaba algo desorientada pero estaba segura que esa no era mi habitación, seguí mirando a mi al rededor hasta que los recuerdos llegaron de golpe a mi cabeza. Anoche me vine con YoonGi a su casa luego que un mino de la fiesta comenzara a molestarme, le pedí que me mostrara una de sus canciones, me dio un beso y una cosa llevo a la otra, y ahora estoy desnuda bajo sus sábanas, me sonroje e intente moverme pero tenía sus brazos al rededor de mi cintura y al sentir que me movía no hizo otra cosa que apretarme más contra él soltando un gruñido.— Es domingo, deberías estar durmiendo aún.— murmuro con su voz ronca de recién despertado y podría jurar que me enamore de cómo sonaba su voz al despertar.

Lo siento, es la costumbre.— susurre en respuesta y me volteo haciéndome quedar cara a cara con él.— Buenos días, por cierto.— me quedé mirándolo sin hacer nada más, mentiría si dijera que no me encontraba sumamente nerviosa en este momento, no sabía que hacer o decir. Quizás para él solo había sido como tirarse a una amiga y chao, si al final no éramos nada y pues yo había aceptado que esto sucediera, aunque una parte de mi esperaba que no fuera simplemente tirar y chao, nada pasó.

Buenos días, wawa.— respondió dejando un beso en mi frente y aparto unos mechones de cabello que estaban en mi cara.— ¿cómo te sientes? ¿Dormiste bien?— apoye mi cabeza en su pecho y mis dedos comenzaron a trazar figuras imaginarias sobre la piel tersa y descubierta de su torso y asentí ante sus preguntas antes de hablar.— Me siento bien y dormí bien también, me quedé dormida de inmediato la verdad aunque cuando desperté estaba medio desorientada porque no estaba en mi pieza.— reí levemente tratando de que no se me notaran los nervios y escuché una suave risa provenir de su boca.

A mi a veces también me pasa, y me alegro que estes bien, ¿quieres tomar desayuno? Seguro mi vieja ya se fue pa la pega así que estamos solos.— acaricio mi cabello con suavidad haciéndome sonreír y levante mi rostro para mirarlo.— Ya, vamos a tomar desayuno o sino me voy a volver a quedar dormida.— murmuré acurrucándome entre las sábanas, lo escuché reír y después como su lado en la cama se movía, por lo que supuse que se había levantado, yo me quedé unos segundos más allí, mentalizándome para ir a tomar desayuno, con uno de mis mejores amigos, quien me gustaba y con quien más encima había tenido sexo. Mi hilo de pensamientos fue cortado por YoonGi al decirme que me esperaba abajo. Solté un suspiro y me senté en la cama, yo seguía completamente desnuda así que me levanté buscando mi ropa interior con la mirada, cuando la encontré me la coloqué y aún no me quería vestir así que decidí colocarme la polera de YoonGi, la cual me llegaba a medio muslo, peine un poco mi cabello con mis manos , también me miré al espejo y agradecí que el fijador de maquillaje haya servido de algo, y así salí de la habitación, baje las escaleras dirigiéndome al living y lo vi en la cocina haciendo huevos fritos en un sartén.— ¿así que usted si sabe algo de cocina, señor Min?— pregunté con una sonrisa acercándome un poco más a su lado, volteó su rostro hacia mi y sus ojos recorrieron todo mi cuerpo poniéndome nerviosa.— Toi ready pa ir a master chef. Como es posible que hasta con una polera mía te veai tan linda?

Yaaa, que tonto, seguro me veo de todo menos linda recién levantada.— negué y me acerqué a ayudarlo, coloqué agua en el hervidor para los dos, busque los servicios y dos tazas para llevarlas a la mesa, todo bajo su atenta mirada.— No tengo pa que mentirte po, Wawa. Y yo que creía que en tu casa no te habían enseñado a poner ni la mesa.— me molesto como siempre y yo lo miré mal, aunque sabía que no me lo decía en serio pero tenía que fingir estar molesta.— Estoy segura que se poner la mesa mejor de lo que lo hace la Cata.— sonreí cínicamente para después ignorarlo y seguir colocando la mesa para los dos, hasta que sentí como picaron mi cintura haciéndome pegar un saltito.— uy si se pone celosa de la cata, pero princesa usted sabe que no pesco ni en baja a la loca.