Capítulo 4

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-¿Qué?- preguntó, al parecer me escuchó. Oh oh.
-Nada, que te enseñaré la casa- quise abofetearme a mí mismo, no sonaba convincente pero ella no me replicó, así que me quedé tranquilo.

{Narras tú}

Bien, me encontraba con un total extraño que había conocido en el tren. Aun así estaba relajada. "¿Qué tienes Harry Styles?" pensé, "¿porqué me inspiras tanta confianza?".
Me enseñó la casa, habitación por habitación. Y comprendí que se había pasado de modesto al contarme de su "pequeño apartamento".
-¿Qué opinas?- preguntó cortando el hilo de mis pensamientos.
-Es preciosa- sonreí. 
Su apartamento no entraba para nada en el concepto de "pequeño". Consistía en dos amplias habitaciones, una cocina equipada, living, comedor, dos baños, y un cuarto de lavado. Impecable.
-Y ésta es tu habitación- entramos a un cuarto. Era bonito. La cama estaba centrada, y había un televisor sobre una cómoda blanca. Pequeños estantes con fotos, y lindos cuadros que adornaban la pared. Había una ventana que tenía una hermosa vista al bosque. El color de la pared era naranja. Se sentía agradable.
-Mi habitación...-repetí pensativa- al menos ésta noche- me giré para mirarlo y le regalé una sonrisa sincera- gracias de nuevo Harry, enserio no entiendo como puedes hacer todo ésto por mí. 
-Es un placer- me devolvió la sonrisa- bueno, uhm... instalate, es tu casa. Por allí tienes el tocador -señaló una puerta dentro de la habitación- Te traeré toallas por si quieres bañarte- agregó saliendo del cuarto.
Dejé mi bolso sobre la cama, y contemplé las fotos que había sobre los estantes. ¿Ese era Harry? 
-Tan lindo desde pequeño- susurré. Era adorable.
-Lo sé- dijo Harry a mi espalda, me dí vuelta sorprendida y avergonzada.
-Bueno, se nota que no haz perdido tu encanto- repliqué tomando las toallas.
-¿Mi encanto? ¿Te encanto?- enarcó una ceja sonriéndome.
-No sueñes galán- respondí divertida mientras tomaba mi bolso y pasaba al baño.
Cerré la puerta con cerrojo, y me miré al espejo. Mi cabello, largo y sedoso, estaba hecho una maraña. Estaba pálida y tenía bolsas bajo los ojos. 
-¿___________? - grito Harry a través de la puerta- ¿qué quieres cenar?
-Me da lo mismo- respondí en el mismo tono.
-¿Quieres que cocine para tí?- preguntó en tono seductor y divertido- me han dicho que soy buen cocinero- agregó autosuficiente.
-Deleítame Harold- concluí sarcástica y escuché una carcajada y un "Ya verás" en murmullo.
Me deshice de mis jeans y mis Converse negras. Me quité el gran buso verde que tenía y mi blusa con tirantes. Me observé en ropa interior. Tenía pequeños moretones en mis costillas, y algunos sobre mis piernas, también rasguños debajo de la barbilla. Recordé la causa de ellos. Mi padre, el asqueroso tipo al que no quería llamar "padre" me había torturado, y la prueba existencial estaba pintada sobre mi cuerpo. 
Si bien yo sufría mucho, aun podía agradecer al cielo que el tipo no me había violado ni nada por el estilo.
Me quité la ropa interior, y entré a la ducha. El agua caliente relajó mis músculos. Decidí relajarme al menos veinte minutos y dejar de pensar.
Cuando concluí mi ducha, salí y envolví mi cuerpo con una toalla, y mi pelo con otra.
Busqué en mi bolso unos shorts de franela azules oscuro, y tomé una camiseta que tenía el símbolo de la paz en colores.
Cepillé mis dientes y desenredé mi cabello. Me sentía fresca.
Ordené el baño y salí. Dejé mis cosas acomodadas y recorrí la casa.
Un delicioso y fuerte aroma surgía de la cocina.
Me asomé con disimulación por la puerta, y observé a Harry preparando algo cerca del horno.
-Así que es verdad que cocinas- sonreí y dije divertida.
Se dió vuelta y se quedó mirándome.
"Por favor, dime que no olvidé ponerme la ropa" rogué a Dios al notar que Harry no quitaba su mirada de mí.
Instintivamente, me sonrojé. El sonrió satisfecho.
-¿Qué?- fruncí el ceño mientras me acercaba a ver qué estaba haciendo.
-Nada, he notado que te sonrojas cuando te miro por mucho tiempo- dijo divertido- solo comprobaba mi teoría.
-¿Y porqué me miras tanto?-.
-No lo sé, simplemente lo hago -explicó- es algo... automático.
Asentí algo confundida.
Observé su trabajo y noté que estaba cocinando spaguettis con una salsa rara, no objeté. Lo ayudé y una vez terminamos, llevamos los platos a la sala de estar mientras veíamos una película de terror.
-¡Diablos!- grité cuando la cara de la chica de "El exorcista" apareció en la pantalla.
-¿Eso te asusta?- preguntó riéndose.
-¿Qué si me asusta?- pregunté mirandolo con los ojos bien abiertos- me sorprende que no escuches el latido de mi corazón desde allí- añadí en broma.
Estaba sentada en un gran sillón, y él estaba en otro individual.
Se acercó y tomó mi muñeca.
-¿Qué haces?- dije nerviosa sintiendo una especie de descarga eléctrica con su roce.
-Estoy tomando tu pulso- sonrió- tienes razón, eres una pequeña miedosa- confirmó y nos reímos.
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Who do you think you are?? {Harry y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora