Puntos opuestos

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La vida son dos días y no quería vivirlos sin ti. Aunque esta a veces se haga parecer más larga.
Entre la oscuridad de mi habitación veía dibujada tu cara en el forro interior de las sábanas que me acompañaban por la noche, en tu lugar.

Me juré a mí mismo que viviríamos juntos esa parte de los dos días que nos quedaban por experimentar.
Quizá tú también te lo juraste en algún momento; puede que el fallo fuera que no involucramos a la otra persona para no quitarle la libertad de poder abandonar a la que pensábamos que era la peor persona, la más insoportable. Los dos estábamos seguros de quién era, pero no coincidíamos.

Al final, lo que más deseaba hacer contigo era acabar bien la relación, si ese momento tenía que llegar. Siento si yo fui el que provocó que hicieras lo contrario, no fue mi intención. Siempre pretendí hacerlo lo mejor que podía.

100 caras y 99 buenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora