𝑼𝒏 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒓𝒐𝒗𝒆𝒓𝒕𝒊𝒅𝒐. [En Pausa]

𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 2: 𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒍𝒆𝒂.

𝑵𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒍𝒆𝒂.

Hace 7 años, cuando Hinata y Kageyama eran unos adolescentes de tan solo 17 años fueron amigos y compañeros de cancha hasta tercer grado de preparatoria, siempre pelearon por tener ideas completamente diferentes, pero jamás le dijeron que se odiaban, no hasta que Kageyama decido dar el primer paso.

-¡Te odio hinata!- Exclamó exaltado, Hinata por otra parte bajo su mirada, mirando al piso mojado debido a la lluvia, sus lagrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, por lo que no sabía si estaba llorando o era la lluvia.

-Si tanto me odias, vete y no me vuelvas a ver.-Confesó Hinata apretando sus puños demostrado lo molesto que se sentía, era humillante.

-Bien.-Respondió Kageyama pasando alado de Hinata para darle un golpe con su hombro, provocando que Hinata cayera al suelo mojado.

Esa misma noche, ninguno de los dos se volvieron hablar, había sido una pelea absurda y ambos tenían el orgullo muy alto para pedírse perdón.

-¡Hinata!

Una voz bastante conocida hizo que Hinata despertara al darse cuenta de quien era rápidamente se apresuró en abrirle, era Sugawara koushi, su amigo y compañero de preparatoria.

-Perdón, no sabía que vendrías-Dijo para luego darle acceso en entrar a su casa.

-Te marqué 5 veces seguidas al ver que no respondías me alerte, seguramente ya te enteraste.

La cara de Hinata pasó de ser una sonriente a una triste, no le gustaba que le recordaran mi miserable que se veía, aún enamorado de su mejor amigo que esta a nada de pedirle matrimonio a una mujer súper famosa.

-Si, aún que me tomo un poco de sorpresa.-Contestó rápidamente y volvió a sonreírle.-¿Quieres agua o un té?

-No gracias, solo estoy de paso, vine a verte para ver si te encontrabas bien y no cometías otra locura.

Hinata apretó su boca tratando de no decir lo mucho que extrañaba a Kageyama y que ese sentimiento lo iba consumiendo cada vez más y más, estaba al borde de la desesperación y la locura.

-Bien, entonces nos vemos luego.-
Dijo sugawara antes de que saliera por aquella puerta, era gracioso ver como aquellas amistades aún venían a visitarlo debido a lo delicado que estaba, aún que Hinata no lo notase.

Los minutos se volvieron horas y finalmente se hizo de noche, durante todo ese tiempo hizo el quehacer de la casa como: Lavar los platos, limpiar su recámara, lavar la ropa, limpiar el piso, regar el patio y darle de comer a su gato, luego de un día cansado, decido meterse a duchar, durante ese tiempo Hinata no paraba de pensar en Kageyama y aquellos tiempos donde el era feliz a su lado.