CARRAWAY

2

Poco a poco Carlo y yo nos fuimos haciendo buenos amigos, hasta el punto de ser casi inseparables. Acudíamos a la misma escuela, jugábamos juntos e incluso pasábamos las tardes caminando de un lado a otro.

- Nick ¿Por qué no vamos hoy hasta Central Park?- me preguntó entusiasmado

-Pero hay que caminar bastante y no podemos llegar tarde

-No te preocupes, llegaremos antes de lo que crees

En cuestión de tres cuartos de hora llegamos al inmenso parque. Ciertamente impresionaba, en Chicago no había nada comparable. Estaba lleno de toda clase de personas, desde la más alta sociedad hasta mendigos buscando unos centavos para llevarse algo a la boca.
Caminamos por allí durante bastante tiempo, hasta que alcanzamos a descansar en un banco.

- Nunca pensé que un banco de madera sería tan cómodo- bromeé al mismo tiempo que ocultaba mi notable cansancio

-Venga ya Nick- dijo Carlo como si ya estuviese acostumbrado a caminar tanto

Sentado en aquel banco conocí a Juliet Smith, sobrina del alcalde de Nueva York. Era hermosa, tenia el pelo negro como el carbón y unos ojos castaños que brillaban con el reflejo del Sol. estuve observándola durante un rato hasta que Carlo me sacó de mi trance con un leve empujón.

-Nick, despierta- Dijo entre risas

-Lo siento, estaba algo distraído- Intenté mentir

-Mientes de pena- Rio -Estabas mirando a esa chica

-¿La conoces?- Pregunté rápidamente

-En absoluto, nunca la había visto

En aquel momento ella miró hacia nosotros, y apartándose de su grupo, se acerco a nuestro banco.

- Buenas tardes, es bastante evidente que no sabéis susurrar- Dijo en un tono relajado, como si ya estuviera acostumbrada

- Lo siento- Dijimos Carlo y yo al mismo tiempo que nos sonrojamos por la vergüenza 

-Me presento, soy Juliet Smith

-Nick Carraway- dije muy nervioso

-Carlo Angelo, encantado

-¿Que estáis haciendo aquí?- Pregunto algo desconcertada

-Venimos caminando desde Little Italy- Dijo Carlo como si de un logro se tratase

-¿ Quieres pasear con nosotros?- Alcancé a decir

-Claro, no tengo nada mejor que hacer, avisaré a mis padres

Pasamos el resto del día caminando por Central Park, Carlo ya se había ido a su casa y yo me quedé solo con Juliet. No era capaz de mediar palabra, hasta que al fin encontré las palabras para despedirme.

-Juliet, debo volver a casa o si no me regañarán por llegar tarde otra vez- dije con algo de pena

-Muy bien, ha sido un paseo muy agradable- dijo muy risueña

-¿Entonces mañana nos vemos a la misma hora?- tartamudeé

-Por supuesto, casi siempre estoy en Central Park con mis padres en las tardes

Así pues nos despedimos con una sonrisa

Un rato después, cerca ya de mi casa, se había hecho de noche y poca gente transitaba las calles. En una zapatería de la calle de enfrente, un flamante Lincoln de color granate se establecía delante de la tienda, dejando bajar a cuatro hombres trajeados que se pusieron a observar el escaparate. Segundos mas tarde el ruido de las armas y las granadas invadieron todo Mulberry Street. Asustado, empecé a correr hacia mi casa sin mirar atrás. Uno de ellos se percató de mi presencia y disparó dos veces contra mi, con la suerte de que en la oscuridad es difícil apuntar y falló los dos tiros.

Entré en mi casa y vi a mi familia observando todo con gran expectación y miedo.

-Ya llegué- Dije muy fatigado

-Hijo ¿Dónde estabas? Estábamos muy preocupados- Dijo mi madre conteniendo una lagrima

-Vengo de Central Park, no os preocupéis, no me ha pasado nada- Intenté calmarlos

-¿Por que han hecho eso?- pregunté 

- Esos hombres son de la mafia, trabajan para un señor que controla todo y a todos. Si han hecho eso es porque el dueño se lo merecía- respondió dejando claro que sabía más de lo que decía

A la mañana siguiente todos en el barrio hablaban de lo ocurrido a noche. También corría el rumor de que entraron en casa de un tal Frank, que debía ser el dueño del local destruido, y lo asesinaron junto a su familia. Sin duda alguna esos eran gente con la que no convenía estar en su contra, y si corrías esa nefasta suerte era mejor huir lo mas lejos posible.