14. Que comienze el juego.

5.6K 339 7
                                    

Bitácora del día uno:

Nada extraño a sucedido aún. Todo parece marchar bien, el compañero de Sebastian aun no aparece.

-  Hey pequeña niña mala, ¿Escribes sobre anoche?- se acerca Sebastian hacia mi tratando  de leer algo de lo que escribí.

La verdad es que no sé y no tengo la más mínima idea de lo que me ocurrió anoche. Bueno, se que yo también lo deseaba, pero no esperaba que sucediera así. Podre ser una chica ruda y todo lo que quieras pero a fin de cuentas sigo siendo una chica y lo admito, las hormonas me ganaron. Aunque lo que si puedo decir con toda seguridad es que anoche fue increíble.

- No, he decidido hacer una pequeña bitácora para ver qué día estuvo más horrible al final de la semana. -le contesto lo más normal que puedo ya que ha empezado a repartir besos por todo mi cuello.

- Bien, pues de hoy en la madrugada no te puedes quejar. –Este solo me quería provocar.

-La verdad es que no. –Me levante de la silla en la que me encontraba- No me quejo, es solo que eso que paso, no se lo vayas a decir a nadie. –Lo amenacé podría decirse.

-Wow, tranquila fiera, no te preocupes, será nuestro secreto. –

Ya no resistía más. Quería salir de esa habitación pero no podía. No tenia ropa limpia.

-Por cierto, tu amiga Michi te trajo algo de ropa. –Vaya ahora agradezco que sea mi “amiga”- está sobre la otra cama. –

Cuando me acerque a inspeccionar la maleta saque lo primero que vi. Al menos Michi no tenia un mal gusto. Y saliendo de ese cuarto que al parecer iba a ser mi dormitorio durante cuatro días más, suspire,

***

Bitácora del día dos:

El extraño compañero de Sebastian no ha aparecido y no se si lo piensa hacer pero por lo pronto yo ya me adueñe de su cama.

Anoche fue muy tranquilo a decir verdad, después de que Salí de la habitación me fui a comprar otro paquete de cigarrillos y cuando volví Sebastian ya no estaba, pensé que se había ido a la cafetería y por eso no me moleste en salir a buscarlo, pero en clase de literatura tampoco lo vi. Ni a el ni a Nate lo cual se me hizo bastante extraño pues Nate últimamente me ha estado rondando mucho, la mayoría de las veces para preguntarme por Cris y no se me hacía nada raro. Cris dejaba ese efecto en los hombres.

Agarrando mi laptop y mi mochila me dirigí hacia el comedor pues la verdad que me estaba muriendo de hambre que ya no aguantaba.

Desde ayer en la madrugada que llegue para hoy debo admitir que este lugar cada vez parece más afeminado y no es de extrañar pues hay varias chicas residiendo aquí pero lo que si me extraña es que veo a las chicas en sus habitaciones y ningún rastro del sexo masculino.

De echo, mientras más camino, mas pienso y mas me doy cuenta de algo.

Si no me equivoco, hoy en clases solo asistimos las niñas. Esto cada vez se vuelve más extraño.

-¡Cuidado! –escuche gritar a alguien y automáticamente todas nos cubrimos la cabeza agachándonos volviéndonos una bolita.

Escuche un cristal romperse y como todas comenzaron a toser.

Pero si que apestaba… Un momento. No hay chicos aquí. No había chicos en clase. Todo el pasillo comenzaba a apestar horriblemente y ¡Paren el mundo!

-¡Todas, rápido, tápense la nariz, YA! –esta vez fui yo la del grito, por suerte las niñas me obedecieron y ahora solo faltaba explicarles.

-Por favor, antes de que armen un alboroto, las quiero a todas en esa habitación para explicarles lo sucedido. –señale un cuarto con la puerta abierta y aunque ni idea de quién será la habitación vi como una por una fueron entrando.

Tantas niñas quejándose, iugh.

-Bien, pues la situación es esta. –No sabía ni por donde empezar –Estamos siendo bombardeadas con gas apestoso, lo cual significa que los niños han embotellado sus asquerosas flatulencias y nos las han mandado a nosotras. –

-Y ellos como porque harían algo así. –Escuche a alguien gritar.

-Eso, querida amiga, es porque nos han declarado la guerra. –y me alegro por ello, me dije para mí misma.

- ¿Guerra? Pero si no somos soldados y ellos tampoco. –Una por una empezaron a apoyar la respuesta ilógica de aquella rubia.

-Una guerra de bromas quiere decir. –Esta vez es Michi la que habla y mentalmente el agradezco porque parece ser que ella es la pelirroja líder aquí.

Se para de donde sea que estaba y se sube a la pequeña mesa en la que me encuentro. La ayudo a subir.

-Los niños creen que por ser “Niños” nos pueden gastar bromas. –Alzo un poco más la voz.

-Pues les demostraremos que no somos unas simples caras bonitas. –Ahora ya estaba gritando, madre mía.

Nos meterán castigo por andar de revoltosas. Y no me podría importar menos.

-Si quieren guerra. –cada vez parecían más emocionadas con todo este asunto. –Guerra les daremos. –Oficialmente se a creado una algarabía con todas las rubias con chichis de silicona gritando y saltando por todas partes cual perras en celo y esposas recién casadas.

Ya no aguantaba mas en esa habitación y el hambre aun seguía alli.

Baje las escaleras a paso veloz con un solo destino: la comida.

Una vez en el mostrador agarre una bandeja y me dispuse a colocar cualquier tipo de cosa comestible en ella. Agarre dos muffins, un pedazo de tarta de cereza y las infaltables cuatro rebanadas de pizza. Asenté mi comida en la mesa mas cercana al mostrador pues tenia miedo de que se caiga y desperdiciar comida era un pecado.

Una vez con mi comida preparada y lista para ser devorada, sentía que me faltaba algo. No podía comer hasta no averiguar qué era lo que me faltaba.

Me levante de mi asiento inspeccionando la cafetería. Estaba mas sola de lo normal. Ni siquiera estaban aquellos frikis que se la pasaban toda la tarde y la mayor parte de la noche sentados en la última mesa. Comencé a dudar de que este lugar sea seguro. Díganme paranoica o lo que sea pero me sentía observada, sumamente observada.

Y entonces lo vi. Y no se podía ver más misterioso. Pero traía algo en su mano, por lo que alcanzaba a observar parecía un frasco con algo por dentro, parecía como ¿gas?

Atrás de él empezaron a aparecer los demás chicos, incluyendo a Nate.

-Bueno, la verdad es que lo siento mucho pero parece que se han enterado de nuestro pequeño plan. –comenzó a decir con esa inconfundible voz causa orgasmos que el tenia.

-Por lo tanto, y espero me comprendas, tenemos que hacer esto. -¿Hacer qué?

-Lo siento, niña mala. –A penas termino de pronunciar esas dos palabras cuando el y sus amigos se marcharon.

Cuando Sebastian se dio media vuelta, soltó la botella que traía en su mano ocasionando que esta se rompiera y desprendiera un olor contaminante y dañino para cualquiera con sentido del olfato.

Y me di cuenta de lo que esto era. Otra de sus jugarretas.

-¡HIJO DE PUTA! QUE ME HAZ JODIDO LA PUTA COMIDA CABRONAZO. –No me preocupaba por mi olfato. Me preocupaba más mi comida. –NADIE SE METECON MI PUTA COMIDA DESGRACIADO ¡¿QUIERES GUERRA?! GUERRA TENDRAS.

Pues parece ser que estoy en mi zona de confort.

***********************************************

¡Hey!

Se que les diga lo que les diga no me van a creer pero parece que Wattpad se la trae contra mí. El capitulo ya estaba listo solo me faltaba subirlo y ¿adivinen qué? El cargador de mi laptop desapareció y desde el celular no sé porque pero no me deja actualizar:c

Pues eso.

Voten y comenten que tal:3

Las amo.

BookInfiniter:)

BAD GIRLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora