– ¡Muy buenas! -fue lo primero que hoy cuando desperté –¡estamos muy orgullosos de ti, joven gatito¡- me sentí algo aturdido, sentía el recuerdo de un gran dolor, pero ya no estaba, me sentía totalmente en paz, ese peso con el que cargue había desaparecido y en su lugar sentía una ligera brisa que me acariciaba el pelo –Yo soy quien te trajo aquí, soy un shinigami, o dios de la muerte y este es tu ultimo paseo, valiente guerrero…por cierto, ¿vamos de un principio?- Entonces, nuestro entorno comenzó a cambiar, las rocas se movieron, la luz se disipo y una noche con una luna roja en el cielo se dibujo, aparecí en el lugar donde nací, esa fría caja de cartón donde mi madre murió y mis hermanos y yo quedamos abandonados; me sentía solo, todos se arrinconaban a un extremo de la caja y se alejaban, hasta que entendí porque, habían gatos pardos, rubios, cafés, manchados y con rallas, yo era diferente, todo mi pelaje era negro, era tan negro que la misma noche no se comparaba con mi obscuro pelaje. –Mirad a ese sujeto, es totalmente negro ¡es el enviado de Satán!- Dijo uno de mis hermanos apuntándome con una garra, yo intente acercarme pero ellos me aislaron y decidí recostarme ahí donde estaba, una de mis hermanas se acerco a mí con una expresión de ternura, me sentí tranquilo en cierta forma, hasta que me empujo fuera de ese lugar cálido donde estaba, mi propia hermana me exilio de mi familia, desde entonces no volví a verlos.
–Veo que tuviste una mala experiencia de llegada jovencito.- Me estremecí al ver sus ojos color dorado intenso y esos atuendos antiguos que llevaba, era como un caballero de la nobleza inglesa aunque portaba los cabellos largos y un ataúd de acero en la espalda. – ¿Vamos un poco más adelante?, me gustaría ver cuando fue que te volviste lo que eres el día de hoy.- El entorno volvió a cambiar, puede reconocer la pizzería donde siempre iba a por las sobras, la casa de esa señora que dejaba un tazón de leche por la mañana y otro por la tarde pensé en quedarme en esa casa pero desconfiaba de la gente tanto que ni mi sombra me gustaba ver, también vi las piedras que aquellos niños me lanzaban y mi sangre en el suelo marcada como si gotas de acido lo corrompieran de a poco. – ¡Corre, corre! ve por ese camino obscuro, hijo de Satanás, ¡aléjate de nosotros!- Una piedra me hirió el costado derecho en aquella ocasión, la gente en Japón es demasiado supersticiosa; Corrí y seguí corriendo, como me dijeron, por ese camino que yo mismo llame ‘’soledad’’ –¡Valla¡, tu vida fue deprimente, pero no voy a llorar….Mejor muéstrame quien te rescato de esas tinieblas.- Entonces apareció el, ese hombre extraño, me sostuvo entre sus brazos y dijo suavemente –¿Cómo estas joven felino?, siento que nos parecemos un poco, ambos somos rechazados ¿verdad?.- Me moví tan fuerte como pude, arañe su mano y mordí su brazo, tenía un camino que recorrer solo, aunque esa fue la primera calidez que sentí en toda mi vida, ya lo había rechazado, voltear seria solo una pérdida de tiempo, seguí corriendo buscando perderme en ese frio lugar y olvidar esa oportunidad que tuve pero cuando ya no pude mas él me recogió y fuimos a su casa, nunca me sentí tan desconfiado de alguien, pero accedí a ir con él.
Ya llevaba 2 inviernos junto a esa persona, me sentía seguro junto a él, tenía un lugar cálido donde dormir y poder vivir en paz; Siempre creí que su trabajo era perfecto, el era un pintor y vendía sus obras para poder vivir y tomar clases de arte, ese era su sueño y me contaba todo lo que tuvo que dejar atrás para cumplirlo, yo no lo entendía puesto que nunca había tenido eso, un sueño. Ese mismo día el tuvo una idea – ¿puedes venir un poco gatito?- como siempre corrí hacia él, entonces me mostro su cuaderno de dibujo, el me dibujaba solo a mí, y en sus dibujos me había dado un nombre ‘’Holy Night’’ o noche sagrada, el me dio el nombre de un ángel mientras el negro de mi ser invadía cada página de su cuaderno de dibujo y en esos 2 años yo pensé que todo era perfecto, pero eso nos acerco aun mas, yo deje de ser su gato ese día para comenzar a ser su amigo, su único amigo y el único que conocía todos sus secretos. – ¿Pero eso, como fuiste a morir tan lejos? por todos los cielos.- Pregunto el shinigami mientras jugaba con un esqueleto, ese sujeto era extraño. – ¿Puedes entenderme cierto?- No pensé en otra pregunta en ese momento. – ¡Por supuesto que sí! Qué clase de shinigami no lo haría, escucho con atención tus pensamientos, pero quiero ir directamente al tramo final de esta historia, por cierto, te sorprenderá donde es que descansas y con qué nombre te recuerdan, y te digo mi nombre, me llamo Undertaker.- Se quedo esperando a que continuara, entonces fue cuando vi ese momento cuando mi mundo tomo sentido, luego de unos meses me di cuenta que no le estaba yendo muy bien con el arte, el no estudiaba, trabajaba para poder mantener ese pequeño taller, la pobreza hizo que enfermara y decayera muy rápido, yo no pude hacer nada por él, hasta que un día… –¿puedes….acercarte un poco?, tengo que pedirte algo…soy un idiota, pero necesito pedirte esto, ¿te conté de donde vengo cierto?, Por favor, toma esta carta y llévala a la casa que está en el mapa, eres muy inteligente y sabes mejor que yo como moverte en la ciudad; necesito que le lleves esta carta a aquella chica que espera a por este moribundo que siguiendo sus sueños abandono su amor, es lo único que me pesa en este mundo…por favor…llévasela… ¡corre, corre!- Una lagrima rodo en su mejilla y lentamente él se quedo dormido, las únicas manos que me brindaron el calor de una amistad, ahora estaban frías e inmóviles, nadie compra las pinturas de un gato negro de la mala suerte, y aun así, tu solo me dibujaste a mí, las lagrimas invadieron mis ojos mientras tomaba esa carta con determinación de acero y me dispuse a correr.
La gente seguía lanzando piedras cuando me veía, no era común que un gato negro anduviese a plena luz del día corriendo por ahí – ¡Miren! Uno de los enviados del diablo camina por nuestras calles.- Todos repetían lo mismo, yo no lo entendía aun, tenía una misión un objetivo y un sueño ‘’hijo del diablo’’ ¡no! Yo tengo un nombre y es Holy Night, el me dio ese nombre y nunca lo olvidare, ya no soy un ser maldito de nacimiento, ahora soy la noche sagrada que cumplirá con su misión, nunca tuve ningún sentimiento más que la pena y la soledad pero en ese momento no podía pensar en nada más que en entregar esa carta, podía sentir las miradas de odio sobre mi y las piedras rompiéndome costillas pero no me importaba, me levantaba de lo más bajo de mi infierno para ascender al cielo que ellos jamás conocerían.
– ¿Pero cuanto tiempo corriste gatito? Ahora estamos muy lejos de donde iniciamos.- No quise contestarle, undertaker, este sujeto es especial. Pasaron cerca de 5 días en los que corrí sin descanso, mis heridas eran hasta entonces totalmente indoloras, pero entonces una chica se me acerco, – ¿Estás bien gatito? Te ves muy cansado… Acompáñame.- Me deje llevar por esa dulce voz, nunca pensé que sería de control animal, me sentí frustrado al darme cuenta que no tenía la carta y estaba bebiendo leche, luego de una hora la chica volvió donde me dejo, se acercaba con una aguja hacia mí, solo sé que en ese momento todas mis fuerzas reaparecieron, me abalance con tanta fuerza sobre ella que la aguja termino en su ojo mientras todos los que me miraban estaban congelados, estupefactos por el hecho, yo no me podía mover, me compensaron a apedrear y a insultarme, ella iba a sacrificarme pero yo era el delincuente a sus ojos; mis heridas se acrecentaron ya no solo eran externas, mis ya rotas costillas comenzaron a doler y la sangre a fluir de mi costado mientras que mi cola estaba totalmente quebrada, su crueldad me hizo caer, me sentí desfallecer cuando recordé el calor de aquellas manos, aquel que nunca me abandono, y me dije, –¡no me puedo rendir! ¡YO SOY HOLY NIGHT! Me levante entre maullidos de dolor y sangre, volví a tomar la carta y di mi última carrera, sabía que no resistiría mucho, pero por fin, encontré la casa, la chica estaba fuera barriendo, me lance sobre ella quien estupefacta de mi cuerpo débil tomo la carta y la leyó entre llantos, el conto la historia que el sabia de mi, nuestro tiempo juntos además de lo mucho que la amaba, me miro con compasión limpio mis heridas y me dijo – Buen trabajo, eres digno de admiración, me encargare de que tu noble historia se vuelva leyenda, no eres un enviado del infierno, rezare todos los días por ti por que se que llegaras a lo alto del cielo. – en ese momento yo me comencé a dormir poco a poco ella lloraba junto a mi pero tenía una sonrisa de que al menos me dio unos dignos últimos momentos mientras yo podía descansar por fin en paz. – ¿Quieres ver donde descansas ahora mi admirable felino?- Fue entonces cuando presencie nada más y nada menos que mi propia tumba, un templo se alzaba alrededor de un árbol con una cruz de madera, ella había agregado una letra a mi nombre, ella me permitió la entrada al cielo, ya no era ‘’Holy Night’’ la noche sagrada que acompaño a ese soñador ahora era ‘’HOLY KNIGHT’’ el caballero sagrado que ascendió desde el mismo infierno de una sociedad temerosa de lo diferente al cielo de un mundo donde solo aquellos que deciden su destino alcanzan. – ¿no es verdad?… ¿Undertaker?- – ¡por supuesto que sí! Colega, ahora… ¿Estás listo para la siguiente parte de tu viaje?