Sábanas blancas (capitulo 3)

1.4K 133 244
                                    

[Advertencia, este capítulo contiene escenas eróticas, por favor tener discreción.]

Ya pasaron dos días y sigo ansioso. No es como si fuese ir a Disney Land o algo así, pero por alguna razón se sentía tan importante como eso. ¿Qué se supone que debo hacer en un departamento ajeno?. Nunca fui a uno.

Apenas son las 11 am, nunca me he levantado tan temprano si me lo preguntas. Hoy es uno de esos días dónde mi cuerpo empieza a funcionar diferente. Y algo extraño.

Una hora, y no es como si me haya quedado observando el piso todo el tiempo. Como dije, mi cuerpo estará funcionando muy extraño hoy.

Me fui a duchar y a arreglarme para estar listo, ni siquiera recuerdo a qué hora debía ir a su departamento.

Quedé aturdido cuando gritaron mi nombre desde el primer piso. Joder bajen dos rayitas a su voz, casi me quedo doblemente sordo... Olvidenlo, creo que el que debía bajarle dos rayitas era yo a mis aparatos.

Al bajar pude ver cómo Daarick conversaba con Duxo y ahora tenía curiosidad de saber de qué hablaban.

Mientras terminaban de hablar empecé a analizar a Duxo de pies a cabeza. Un abrigo gris con detalles de ave, jeans negros apretados y zapatillas moradas y... ¿Una curita en su dorsal?. Sin duda tenía una curiosa forma de vestir, pero la curita me llamo la atención, ¿Se había lastimado?. Tal vez le pregunte más tarde.

Eran las 2:30 pm para ser exactos. Baje unos cuantos escalones y Daarick al instante se dió cuenta de que yo estaba ahí.

– Oh mira, ya esta aquí.

Dijo mientras me miraba pero se dirigía a Duxo a su vez.
Intercambie miradas con Duxo por unos segundos. Otra vez con el juego extraño al que siempre me enfrentaba.

– ¿Nos vamos?

Hablo mientras me daba una cálida sonrisa. En mucho tiempo alguien no me sonreía de esa forma. Este chico es otra cosa.
Asentí y me despedí de Daarick, siguiendo a Duxo caminando atrás de él. Tenía vergüenza de entrar a una casa que no era mía pero ya me habían cedido la invitación.

A duras penas entre y note que todo estaba organizado y limpio, como me gusta. Habían refrigerios en la mesa y carátulas en el sofá de la sala. Sin duda este chico venía preparado.

El aroma de su residencia era tan agradable para mi olfato que casi me detenía a olfatear todo el departamento como un perro.

Me senté en uno de los sofás esperando saber qué haríamos hoy.

– Qué prefieres hacer primero, ¿Jugar o comer?

Justo ahora no tenía apetito así que la primera opción me venía más conveniente, pero también quería cualquier cosa que el quisiera. Es su hogar, no el mío.

– *Como desees. Está bien.*

– Bien, entonces te apetece jugar primero?

Asentí victorioso. Seguramente leyó mi mente.
Agarro una caratula del sofá que al parecer pertenecía a un juego que no había visto en mi vida y coloco el CD en la consola. Se sentó unos centímetros a mi lado, respetando mi espacio y de nuevo me dedico esa sonrisa encantadora. Este chico es otra cosa...

Nos la pasamos toda la tarde jugando, fue increíblemente divertido para mí. Llevaba bastante tiempo sin hacer algo emocionante y no me había dado cuenta de lo mucho que lo necesitaba. Por mi parte, intentaba no gritar o reírme a carcajadas cubriendo mi boca y amortiguando cualquier sonido que salga de ella. No quiero que escuche mi voz por ahora, sigo pensando que debe escucharse vergonzosa.

Lost Umbrella ☆ - 𝔻𝕦𝕩𝕚𝕟𝕠 (Remastered)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora