AMOR ¿PROHIBIDO?

1. La calma antes de la tempestad

KAKASHI POV'S

De camino a mi bar favorito, me encontré con una acalorada discusión que me enterneció completamente.

Una chica rubia, que yo conocía bien, continuaba diciendo al chico que la entrada que la tarjeta que había entregado era su identificación oficial. Pero él no le creía.

Para él, ese documento que ella mostraba era una completa falsificación; ¿y cómo no podría pensarlo?, si ella no solo parecía estar lejos de tener la mayoría de edad, lo estaba.

Aunque si algo yo sabía bien, eso era que ella es capaz de beber como casi nadie. Así que decidí hacerme responsable por la rubia de ojos oscuros que peleaba en la puerta de ese bar.

—Está bien, viene conmigo —dije dejando perpleja a la hermosa rubia que discutía con el guardia de la entrada al bar.

Sorprendida, me miró abriendo un poco más sus hermosos ojos.

—¿Está seguro, Kakashi? —preguntó el hombre—. Ella parece una mocosa —dijo y reí.

Ella no parecía una mocosa, lo era, y lo demostró al voltearse con cara de puchero a quien no intentaba insultarla.

—La vida es tan difícil que, de vez en cuando, hay que tomar un trago, ¿verdad? —pregunté a la chica que no había dicho una sola palabra desde que llegué. Ella solo me miró y le sonreí, entonces dirigí mis pasos al establecimiento.

»¿No entras? —pregunté a quién parecía tener los pies clavados al piso—. Pensé que era lo que querías —dije y ella asintió un tanto ruborizada.

Volví a sonreír, saberla cerca me ponía feliz. Ella también sonrió y, mirando al piso, me siguió.

Llegamos a una mesa y comenzamos a beber en silencio. Pero un rato después, lo que comenzó como una calmada bebida, se convirtió en todo un tumulto.

Ella bebida era el demonio mismo. La escuché decir todo lo que no había dicho en su vida, o al menos eso parecía. Yo me dediqué a disfrutar lo que ocurría.

Al final, antes de caer rendida por tanto alcohol, y sin energías de nada más, preguntó si yo pagaría; asentí para ver a la chiquilla rubia recargar la cabeza en la mesa y quedarse dormida.

No podía creer que debiera emborracharla para tener eso que siempre soñaba tener, pero yo haría lo que fuera si eso me permitía verla tan solo un minuto más.

Pagué la cuenta, la tomé en mis brazos con delicadeza —ella era lo más preciado de mi vida— y la llevé a mi casa donde la tiré en un sillón mientras arreglaba el futón que compartiríamos.

Ya en el futón la vi dormir y sonreí. En serio que verla me ponía feliz.

Me tiré a su lado y, sin idea de lo que sería en la mañana, me dispuse a, por esa noche, ser el hombre más feliz de la tierra.

IRUKA POV'S

—Naruto —trastabillé—, yo no creo que sea buena idea irrumpir en su casa a esta hora. Es su día libre, seguramente ayer bebió hasta perderse —argumenté para el rubio que, temprano, se había presentado en mi casa pidiendo fuéramos a desayunar con Kakashi.

—Por eso mismo, Iruka sensei —dijo él—, es nuestra oportunidad de molestarlo —sonrió, carraspeó y corrigió—: ¡no!, de ayudarlo con su resaca —dijo riendo mucho más.

Suspiré moviendo la cabeza en negativa. A mí no me parecía tan buena idea molestarlo. Pero igual no me fui. Pasar el rato con Kakashi era algo que en verdad disfrutaba. Aunque no recién despierto después de una borrachera.

Llegamos al pequeño departamento y Naruto le picó al timbre en muchas más veces que un par de ocasiones.

—Mejor vámonos, Naruto —insistí después de no obtener ninguna respuesta del habitante de la casa.

Tenía un mal presentimiento, pero el rubio hizo caso omiso a mi petición y continuó insistiendo.

—Qué raro —dijo después de un rato de inútil insistencia—. ¿Será que no está? —preguntó dejando al fin tranquilo el timbre.

Suspiré mientras le veía rascar su cabeza y me dispuse a irme cuando creí que ahí quedaría todo, pero unos pasos aproximándose le hicieron al adolescente estremecer el cuerpo y refugiarse en mi espalda.

Sonreí con ternura al ver tal acto infantil. Pero al pensar que era Kakashi quien se dirigía a la puerta no supe qué hacer, pues Naruto me impidió huir como hubiese intentado.

Continúa...