Antes de que te asustes, la rosa blanca te la regalé yo. La rosa blanca me recuerda a ti, la pureza y la inocencia. Cuando nos casemos te regalaré un ramo de rosas enorme.
PD: Siento que quedó muy perturbador eso último, pero me quedé sin hoja y el corrector queda cutre.
XX, R.P.