¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
˚ ⁀➷
La primera vez en la que ambos se vieron fue en la montaña Fujikasane mientras realizaban su examen final para volverse cazadores de demonios. Sakura se encontraba rodeada de demonios que ansiaban devorar cada pequeña parte de su cuerpo, los cuales comenzaban a inquietarse con cada segundo que pasaba, pues la chica se movía con gran velocidad de un lado a otro mientras evitaba ser capturada e intentaba cortarles la cabeza. En aquel momento, Rengoku la vio y no dudó en ayudarla, por lo que ambos unieron fuerzas y acabaron con la vida de los demonios.
Aquel día ambos sobrevivieron siete noches en la cima de la montaña y se convirtieron en cazadores de demonios, pero también se volvieron amigos.
—¡Hermana! ¿Estás escuchándome?
Sakura parpadeó un par de veces antes de regresar a la realidad. Ella estaba tan ansiosa de volver a ver a Rengoku que no se percató de que su hermano menor le había estado hablando.
—¿Qué sucede, Yuichiro? —preguntó con una pequeña sonrisa, lo cual hizo que su hermano se molestara—. No te enfades. No quería ignorarte, pero estaba...
—Pensando en ese nuevo amigo tuyo.
—¿Puedes leer mi mente?
—Por supuesto que no —frunció el entrecejo—. Es en lo único que piensas desde que regresaste de ese lugar.
—Es que Rengoku y yo hacemos un buen equipo —dijo sin dejar de sonreír—. Espero que pronto tengamos una misión juntos.
—Yo no me emocionaría tanto.
—¿Eh? ¿Por qué no?
—¿No te das cuenta de que puedes morir? —preguntó con un tono de voz hosco, pues no le agradaba la idea de que su hermana se arriesgara a perder la vida—. No debiste convertirte en cazadora. Debiste quedarte aquí... con nosotros...
—Yuichiro... —susurró al notar la mirada entristecida que su hermano intentaba ocultar—. Esto lo hago por todo nosotros. Obtendré buenas ganancias y así todos podremos tener una buena vida.
Yuichiro se mantuvo en silencio, pues había escuchado la voz de un pequeño cuervo.
—¡Ah! ¡Es Ginko! —exclamó Sakura cuando ha visto a su cuervo aletear sus alas hasta donde ella se encontraba—. ¡Hey, Ginko! ¡Por aquí!
—¡Deja de gritar mi nombre! —exclamó el ave mientras le picoteaba la cabeza a su cazadora—. ¡Te oí la primera vez!
—¡Lo siento, lo siento!
Ginko es un cuervo pequeño con unas pestañas tan llamativas que la hacían resaltar de los demás. Ella es alguien orgullosa, por lo que no se llevaba bien con los demás cuervos o sus antiguos cazadores asignados.
—¿Quién es el niño? —preguntó Ginko mientras miraba a Yuichiro—. Está mirándome muy fijamente.
—Es mi hermano menor.
—No me gusta.
—Y a mí no me gustas tú —dijo Yuichiro—. Hermana... ¿Quieres tener otro cuervo?
—¡¿Qué estás insinuando?! —exclamó el ave con desesperación cuando vio que Yuichiro alzó un poco el hacha que traía en sus manos—. ¡Yo no soy reemplazable!
Sakura estaba por mencionar algo, pero en ese momento su otro hermano menor se había acercado y Ginko al verlo se ha aterrado, pues había aparecido una persona idéntica al niño que la había amenazado.
—Un cuervo —dijo Muichiro cuando vio a Ginko—. Es...
—¿Qué quieres? ¿Acaso también piensas...?
—¡Es linda! —exclamó con alegría Muichiro y eso hizo que Ginko se sintiera un poco avergonzada—. ¿Es tu compañera, hermana?
—Sí. Lo es —dijo Sakura con una sonrisa al momento en que veía a su cuervo—. ¿Qué te trae por aquí, Ginko? ¿Acaso ya hay alguna misión para mí?
—¿Eh? ¡Ah, sí! —exclamó mientras recomponía su postura orgullosa—. Escucha con atención porque no lo repetiré.
Ginko comenzó a contarle la misión que tendría, por lo que Sakura prestó mucha atención y así no perderse ningún detalle. Mientras tanto, por otro lado; Kyojuro soltaba un pequeño suspiro luego de contarle a su padre que tendría su primera misión. Rengoku esperaba alguna buena reacción de su parte. Sin embargo, lo único que recibió fueron sus palabras de desprecio.
«No tienes talento». «Nunca te volverás el pilar de la llama».
Esas palabras retumbaban en su mente y hacían que la emoción que sentía se desvaneciera.
—¿Uh? ¿Hermano?
La voz de su hermano menor captó su atención, por lo que dejó de pensar en su padre y se concentró en él. Senjuro se encontraba entrenando como siempre en el patio trasero, pero cuando ha visto a su hermano mayor con una expresión decaída se alarmó.
Rengoku se sorprendió por un momento y se preguntó que expresión estaba haciendo para preocupar a su hermano.
—¡Sí! ¡Todo está bien!
—¿Estás seguro?
—Por supuesto que sí —dijo mostrándole su mejor sonrisa para luego fijarse en las manos de Senjuro—. ¡Me alegra ver que estás entrenando duro! Sin embargo, no te exijas demasiado o podrías lastimarte.
—¿Uh...? ¡Ah, sí! —dijo un tanto desconcertado, pues su hermano había cambiado por completo el tema—. ¿Quieres entrenar conmigo, hermano? Hace días que no estamos juntos.
—¡Me encantaría! Pero ahora mismo debo de partir a mi primera misión.
—Oh, lo entiendo —dijo con una pequeña sonrisa—. Otro día será.
—¡Sí! Así que te encargo proteger la casa mientras no estoy.
—¡Está bien!
Ambos se dedicaron una sonrisa. Entonces, Kyojuro comenzó a alejarse para así prepararse para su primera misión.
∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙∙
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.