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Abby



El primer día de clases en tu último curso de instituto no es fácil, y más, si vas al mío; Winthrop HS, Massachusetts. En Waltham no vive mucha gente pues no es un sitio muy turístico, dónde a su vez, los que vivimos aquí, nos conocemos entre todos. Por ello, uno tiene que cuidar su reputación como si le fuera la vida en ello, ya que un solo fallo... un solo fallo podría arruinarte la vida entera, y si no, que se lo digan a los Garret.
El hijo de estos tuvo una gran pelea en las hogueras de fin de año hace 4 años atrás, ese pequeño encuentro ocasionó ciertos rumores espantosos referentes a él y a su familia, después de eso tuvieron que mudarse, no había mas remedio.

Bajo mi insignificante punto de vista, las cosas se salieron de contexto, una simple pelea entre adolescentes es lo mas normal del mundo, por lo menos, por lo que yo he sido capaz de presenciar en mis 6 años de estancia en el instituto.

A nosotros, en cambio, todos nos reconocen por ser una familia elegante y adinerada. Mi madre trabaja en el departamento de contabilidad del ayuntamiento y mi padre en el juzgado de Boston como abogado privado.
Yo por otra parte, soy desgraciadamente el centro de atención en el instituto, y digo desgraciadamente ya que si por mi fuera, pasaría desapercibida.
Claro que ser la capitana y voladora del equipo oficial de animadoras no sirve de mucha ayuda en cuanto a pasar desapercibida se refiere. Todos me pintan como la chica popular, con muchos amigos, que cae bien a todo el mundo.. y lo que realmente no saben, es que estoy llena de problemas e inseguridades hasta la coronilla de la cabeza.

Toda mi familia esta llena de problemas y mierda hasta la garganta.

Catalina es la única de mis amigas que sabe lo de mi hermano, supongo que el hecho de que mi madre la considere como una hija mas, tiene mucho que ver. Cata y yo nos conocimos a los 9 años cuando su familia se mudó y des de entonces hemos sido inseparables. Nuestras madres son mejores amigas por lo que básicamente crecimos juntas. Dormíamos juntas, comíamos juntas, íbamos de vacaciones juntas, celebrábamos los cumpleaños juntas ya que uno venia tras el otro... Los últimos años de instituto hemos ido juntas también cuando al equipo de animadoras se refiere, ella y yo compartimos el puesto de voladoras.

Catalina es una persona maravillosa, probablemente es mi salvavidas en el medio del océano.

La universidad de Stanford siempre Habra ha sido un sueño para mi, papá fue a esa y yo tenía claro desde un principio que esa iba a ser también la mía, por lo que un año atrás, me uní al equipo de volleyball femenino ya que sabia que mas tarde me serviría para conseguir una beca e obtener mas puntos en mi expediente académico. Era muy organizada, así que tenía las cosas claras en mi cabeza, ahora todo dependería de mi y de mi equipo, ya que este año yo iba a ser la capitana.
Este año tocaba jugar un partido final en el que ha judgar por los que hemos echo anteriormente, estaría complicado ganar.
Tendríamos que ganar la liga para clasificarnos y así conseguir pasar a tercera división de la NCAA, donde ofrecen una beca de estudios con el planing de volleyball para la universidad de Stanford (San Francisco), así que esforzándome lo máximo posible, podría matar dos pájaros de un tiro.

Y eso es lo que iba ha hacer, pasase lo que pasase.

—Adiós mamá!— Abrí la puerta de casa mientras cargaba mi mochila y la mini mochila de Brett en el hombro.

—¿¡Lo llevas todo?!— nos gritó desde el salón apurada mientras rebuscaba algo entre los cajones.

—¡Si mamá!— De la mano de mi hermano salimos afuera no sin antes ser interrumpidos de nuevo.

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