Prólogo

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«Cuenta una leyenda...
Que una hembra gitana, conjuró a la Luna hasta el amanecer; llorando pedía al llegar el día desposar un calé.

Tendrás a tu hombre, piel morena.

Desde el cielo, habló la Luna llena.
Pero a cambio quiero, el hijo primero que le engendres a él.
Que quien su hijo inmola, para no estar sola
Poco le iba a querer.



De padre canela, nació un niño blanco como el lomo de un armiño; con los ojos grises, en vez de aceituna, niño albino de Luna.
¡Maldita su estampa!
Este hijo es de un payo y yo no me lo callo.


Gitano, al creerse deshonrado; se fue a su mujer, cuchillo en mano
¡De quién es el hijo! Me has engaña'o fijo
Y de muerte la hirió
Luego, se hizo al monte con el niño en brazos y allí le abandonó.

Luna, quieres ser madre y no encuentras querer que te haga mujer. Dime, Luna de plata
¿Qué pretendes hacer con un niño de piel?

Hijo de la Luna

Y las noches que haya Luna llena.
Será porque el niño esté de buenas, y si el niño llora, menguará la Luna para hacerle una cuna.»

•••

Un día la vida me dió un giro inesperado.
Jamás pensé que todo lo que vivo hoy existiera y menos que yo soy eso.

—Unica descendiente de la Luna —Me nombraron

— ¡Viva nuestra Diosa!

«Tonto el que no entienda, cuenta una leyenda.»

Hija de la Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora