Recorría los pasillos del orfanato, llevaba toda la vida aquí y al parecer nunca saldría con una familia de mi mano. Era octubre, el mes mas anhelado por el otoño, donde las hojas de cada árbol mueren y renacen nuevamente en las ramas de ellos.
Organizó la directora del lugar una fiesta para nosotros, asistiríamos para conocernos entre todos, ya que había gente que llegó nueva y otros, que nunca habíamos visto desde la estancia en el lugar. Había olvidado la felicidad de conocer a alguien nuevo, todos o al menos todos, ya nos conocíamos en ese piso. Eran lúgubres los pasillos, se respiraba la humedad y los misteriosos ruidos que salían de las paredes, parecían que murmuraban los secretos de tantos años, tantas vidas que pasaron por ahí y quizá, murieron ahí.
Llegué al dormitorio de Jenny, la única amiga que tenía y, ella se preparaba, tenía un vestido rosa, con brillo en la parte de enfrente y un collar que yo le había hecho con el material que donaban a la institución. Le miré y entré a su cuarto abrazándola fuertemente se veía muy hermosa, ayudé a arreglar su cabello cuando me preguntó "¿Por qué aún no te vistes?" le contesté que ya pronto lo haría, saqué de su armario un vestido en color azul rey, que llevaba a juego un chal del mismo color, ella me ayudó a terminar mi cabello, hacer mi maquillaje también, estaba tan emocionada.
Terminamos de vestirnos y salíamos de ahí, caminamos por el mismo pasillo largo y oscuro hasta llegar al patio central, era tan grande y la noche estaba cayendo rápidamente. Había mucha comida y, juegos de casino, todos se divertían pero, algo captó mi atención, una parte del patio estaba oscura y me pareció ver a una chica entre penumbras asomarse, era curioso por que no había nadie ahí, era como una leve capa de niebla que aparecía y desaparecía. No le tomé importancia y me acerqué a una mesa, ya no había coronas.
Era una mesa enorme con coronas para todas las mujeres, cuando Jenny tristemente me miró.
-Ya no hay coronas.
-¿Y donde puede haber?-pregunté ansiosa por tener una.-
-Es que... hay una persona que tiene mas coronas que todos.-contestó con temor, observando a todos lados antes de contestarme.-
-¿Quién?-pregunté nuevamente acercándome a ella.-
-Se llama... Sayeste, pero Sayeste es un personaje. -dijo viéndome preocupada y tomando mi mano.-
.¿Cómo un personaje?
-Si, Sayeste es una chica que es muy oscura
-Pero como oscura... -extrañada me eché hacia atrás negando lo que escuchaba.-
-Es una bruja.-contestó firme.-
-¿Una bruja?-pregunté preocupada y no pudiendo creer lo que escuchaba-
-Si, ella es la que tiene mas coronas.-murmuró apretando la mandíbula.-
-¿Y por que no vamos y le pedimos?-incrédula pregunté.-
-Es que no podemos pedirle sin nada a cambio.
-¿A qué te refieres?
-Es que... se dice que Sayeste es una bruja por que cada vez tu vas, y le pides algo de buena manera, ella se niega y recolecta tu alma.
-¿Y luego?
-¿No recuerdas todas las personas que han desaparecido?-me preguntó ya sentí.- Es por culpa de eso o a cambio de eso. Sayeste recolecta sus almas y nunca las vuelves a ver.
-¿Entonces tiene a todas esas personas que ya no se ven aquí?-pregunté en voz baja evitando que la gente nos escuchara.- ¿Y por qué pasa eso?
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Sayeste
Short StoryTuve un sueño... Sayeste apareció, una bruja de antaño, que su alma ella condenó. Solo otra bruja puede destruirla, Con la misma magia y un poco de intriga El mismo juego ambas jugarían...