Yoongi abrió sus pequeños ojitos intentando evitar las luces de los rayos del sol, al compas de la molestia de esos rayos se escuchaba los toquidos en su puerta, con pereza decidió levantarse de su cómoda cama para ver quien osaba a cortar su amado sueño.
Grande fue su sorpresa al ver a su compañero de apellido Choi en su puerta con una mirada seria al terminar de examinar sus prendas y la forma despeinada de su cabello.
-- YoungSoo ¿Cómo sabes donde vivo?
-- ¿Y tu por qué motivo no te has arreglado para la escuela? Tu cabeza parece un nido de pájaros - lo tomo de la mano para adentrarse a el departamento -
Min estaba asustado ¿Cómo Choi sabia donde vivía? Tenia miedo.
-- Saca tu uniforme, yo acomodare los libros de las clases de hoy, y olvídate de desayunar, perderás mucho tiempo, en la cafetería comerás algo.
-- Yo...
-- No quiero peros ni otras palabras, ve a hacerlo, vine 20 minuto antes de clases para que llegaras temprano.
Un sonrojo apareció en aquellas mejillas blanquecinas, era muy lindo que alguien se preocupara por el.
Un pequeño susto se ubico en ambos al escuchar el teléfono de Yoongi sonar y cuando este quiso tomarlo observo como Choi lo tomaba y colgaba.
-- Después llamas a tu mamá, ahora has lo que te dije.
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Min comenzaba a cabecear entre clases, podían haber sido unos minutos que había faltado de sueño, pero la siesta era algo muy importante para su cuerpo, junto con el hecho de que se había ido de casa sin desayunar, y eso era algo que Yoongi jamás había experimentado.
-- Eso es todo por hoy - termino de hablar el profesor de literatura - Nos vemos la próxima clase.
Los alumnos se levantaban con ánimos para dirigirse al aula de música, mientras el parecía ni siquiera poder moverse por el dolor en estomago.
-- Bonito, ¿Qué te sucede? - escucho la voz de YoungSoo -
-- M-Me duele.
-- Aguanta, después de música tocara el descanso y podrás comer algo, que poca rendición y fortalezas tiene tu cuerpo - dijo lo ultimo con cierto tono de burla, intentándolo llamar débil -
Choi cargo a Min al estilo nupcial por los pasillos para llevarlo hacia el aula y la siguiente clase, en realidad detrás de tener una cara amable por su acción se estaba muriendo de pena por sus adentros.
¿Cuánto tiempo más tendré que estar con el? - pensó Choi.
Ya se estaba hartando de pasar con Min y estar con el a cada rato, pero tal vez una recompensa para el habría después de todo.
