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Si había alguien que incluso podrá arruinar su propio festejo de victoria, ese sin duda era el mismísimo Sukuna, había logrado uno de los mejores acuerdos de su vida, para un Yakuza de su edad, y en vez de estar festejando junto con el resto, él se encontraba ahí, sentado en su sillón, mirando como otros se divertían junto a aquel chico que era suyo.

Aquella fiesta no era ninguna gracia para él, si no fuera por las innumerables suplicas de su hermano menor, ese suceso ahora mismo no estaría ocurriendo. Él solo se limitaba a mirar como "su pareja" era alagado he incluso invitado a bailar, no mentiría al decir que le gustaba ver cómo el contrario se negaba a las peticiones, pero aun sabiendo que este jamás las aceptaría, las ganas de romperles el cuello a todos en ese instante eran mayores.

Sin soportarlo más se puso de pie llamando la atención de su hermano, quien se encontraba a lado de él junto con aquel desagradable tipo de cabellos blancos- Sukuna... -llamó el menor al notar que su hermano estaba por marcharse.

-¿Cómo se atreven a mirar a las cosas de otros? –Mencionó Sukuna antes de empezar a caminar a la salida, dio una última mirada a su hermano y salió del bar donde se situaba la dichosa fiesta. El menor de los Itadori comprendió su enojo, rápidamente buscó con la mirada a aquel chico, sabiendo que era el único capaz de controlar el tan terrible temperamento de su hermano. Pero mientras más tardaba en buscarlo, logro darse cuenta que el ya no estaba ahí, un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir una mano posicionarse en su hombro.

-Tranquilo –Le dijo aquel hombre de bellos ojos, con ese tono de voz que solo él conocía- Poco después de que tu hermano salió del bar el chico lo siguió –continuo explicando el mayor, la tranquilidad de Yuji había regresado a su cuerpo, sabía que esa noche el sería el remplazo del jefe hasta la tarde del siguiente día, el chico soltó un suspiro, llamando la atención de su pareja, el alto solo sonrió y sin dudarlo junto sus labios con los del más bajo- oye tranquiló –dijo después de separarse- puede que hoy no nos divirtamos de esa manera –menciono con burla el albino, provocando un sonrojo en el peli rosa- pero hay otras maneras de hacerlo –termino de decir para luego ponerse de pie y llevar de la mano consigo al más joven, tomándolo de la cintura y con una sonrisa en sus labios, comenzó un ligero vaivén, sabía que el menor era un poco inexperto en aquellos bailes antiguos de pareja, pero a él no le importaba para nada cargar un poco de peso extra en los pie.

El menor solo se dispuso a sonreír y reír a lo bajo, amaba demasiado aquel hombre de mayor tamaño y edad, definitivamente disfrutaría de esa noche sin ningún problema, solo esperaba que su hermano de igual manera disfrutara de aquella noche.

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-Sukuna, espera.... –decía Meguimi intentando alcanzar al chico de cabellos rosados frente a él- ve un poco más despacio... -insistió, la arena bajo sus pies le dificultaban un poco el andar, y quería creer que gracias al ruido de las olas el Yakuza no le escuchaba, y no por que le estuviera ignorando- Sukuna, espera... -volvió a llamar el pelinegro.

Megumi sintió como sus pies se tropezaban en la arena, provocando que este perdiera el equilibrio, pero antes de si quiera inclinarse para caer, una mana gran mano le detuvo, su corazón dio un vuelco al tener cerca a aquel hombre. Sin tardar, recompuso su postura, logrando que su mirada chocara con la otra.

-Fushiguro...-nombro el chico de cabellos rosas, mientras su mirada se perdía en aquellos orbes azules, tan azules como el mar detrás de ellos- se mío –finalizó acortando la distancia entre los dos, uniendo sus labios a los del contrario.

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-Mph... -jadeaba el pelinegro, el peli rosa mantenía sus manos en los glúteos ajenos, sosteniéndolo firmemente mientras el peli negro le atraía a su cuerpo, con sus piernas enredadas en su cintura, las bocas de ambos se encontraban en una lucha que no quería cesar, aquellas manos pálidas que poco a poco desabotonaban la camisa contraria, quería ver aquellos tatuajes, esos tatuajes que tanto le gustaba delinear con la lengua o sus propios dedos, aquellos tatuajes que sin tener un significado concreto, a él le encantaban.

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2021 ⏰

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