Capitulo 2

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Marcus

-Que hermosa vista-me dice de forma pícara. Su voz es la perfecta combinación entre femenina pero no es muy aguda. Se queda viéndome como analizando y adorando cada facción de mi cuerpo.

Salgo bruscamente de mi trance al notar que el señor Blake truena los dedos al frente mío para susurrar un "concéntrate", acto seguido y sin esperar una respuesta mía se acerca hacia la misteriosa bella chica preguntándole.

-Buenas Tardes, ¿en que la podemos ayudar? -pregunta cerrando los ojos y sonriendo de forma cálida.

Parece que ella también sale de su trance porque parpadea dos veces para girar a ver a mi jefe, sus facciones se relajan mientras le responde.

-Si, me gustaría tener una mesa para mi sola, acabo de venir a la ciudad hace un par de días y me gustaría tener algo de relajación-hace énfasis en la última palabra como ronroneando mientras voltea a mirarme, sin poder evitarlo me sonrojo un poco antes sus claras indirectas.

Mi jefe asiente y la guía hasta una mesa pequeña cerca a la puerta donde se puede ver un parte calmada de esta loca ciudad. Ella le agradece y procede a sentarse.

-Vuelvo con nuestro menú-nuestro jefe se disculpa y va por el menú ubicado en la pequeña barra donde están los cafés, no sin antes depositar su mano en mi hombro y diciéndome en voz baja-creo que deberías practicar como entretener a los clientes-sin esperar ninguna otra respuesta se retira dejándome solo con la misteriosa chica.

-No creo haber escuchado tu nombre-cuando dijo esto tenía la mirada fija sobre la calle analizando cada movimiento de forma intensa, para lugar voltear a verme y darme otra sonrisa leve, pero picara.

-Me llamo Marcus-en mi intento desesperado por no sonar nervioso, termino sonando sumamente nervioso.

-Tranquilo Marcus-saca un encendedor y un cigarrillo-no muerdo, a menos que quieras claro-me pestañea con el ojo derecho y yo embobado por su belleza no puedo dejar de verla. Y comienza a fumar.

-Um...yooo...-antes de quedar más en ridículo mi jefe regresa con el menú, ella le da un reojo a la carta sin perderse mucho en los detalles, como si leyera todo un libro en un par de segundos. Lo cierra y dirige la carta a mi jefe, aclara-Quiero un cappuccino sin azúcar, eso sería todo primor-esto me lo dice a mí y yo le digo enseguida casi saltando por la presión y voy a la barra del lugar para pedir su orden.

-Y quien creería que, en tu primer día, ya tienes a un cazadora detrás tuyo-volteo a ver nervioso a Antonella quien me mira como cuando alguien sabe que le gustas a alguien.

¡Definitivamente no es como esperaba mi primer día!

- ¿Cazadora? -pregunto atontado mientras le doy la orden a ella, ella la ve sin responderme y comienza a preparar la bebida.

-Es una expresión Marcus-suena muy calmada para alguien que entiende el predicamento en que me encuentro. No es que la chica de ojos marrones y pecas decoradas como estrellas me disguste, todo lo contrario. Pero nunca he tenido experiencia con las chicas, siempre estuve concentrado en mis cosas y cuando tuve algo de interés mis padres fallecieron, dejando toda esa etapa a un lado.

Sacudo mi cabeza de lado a lado, no puedo dejar que una muy atractiva chica haga que deje una mala impresión en el primer día de trabajo. Antonella me da el café en una bandeja y nuevamente me propongo a armar valor para llevarle el café mientras que mi jefe observa mi interacción.

-Disculpe-digo de forma educada y cortés mientras quiero dejar el café caliente en la mesa. Ella me señala con la palma que espere mientras se saca la chaqueta de cuero, toma todo de mí para no ver sus desnudos hombros ni pecho prepotente, luego señala que deje el café y lo hago. Mientras lo hago comenta-Lo siento primor, es que entre en calor-yo solo sonrío intentando no dar claros malentendidos a su comentario.

Entre Garras y ColmillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora