PORTALES

el origen de la bestia

Aníbal nunca tuvo nombre, su padre nunca lo nombro, un hombre frio y de aura agresiva, el contraste de su madre, cariñosa y preocupada, siempre nerviosa, Aníbal recordaba que una vez al mes su padre salía de la casa, y se dirigía a una cabaña que tenía en el bosque, estaba prohibido acercarse a él.
A los 16 Aníbal sintió como algo cambiaba en él y en como percibía al mundo, su padre se sentía diferente, algo había cambiado, su padre ahora lo miraba con odio.
En su cumpleaños 17, Aníbal descubrió la maldición de su padre, heredada a el por nacimiento, su padre lo odiaba, su lado animal le decía que el joven era la amenaza para el viejo y,  una confusa noche, el padre asesinó a la madre, la madre siempre protegerá a su hijo, era peligrosa, e intentó matar al joven en su cama, pero la maldición funcionaba distinta en él, si eras mordido estabas condenado a transformarte cada luna llena, pero si nacías de un maldito, eras mitad monstruo mitad hombre, caminarías con las dos pieles por siempre.
El hijo se enfrentó al padre, y esto le costó al viejo su brazo, antes de que el sol saliera, el padre escapo, y su temor llego, su hijo lo venció.
Aníbal deseaba venganza contra su padre, así que como meta se propuso terminar su trabajo, persiguió a su padre por el mundo, desde Europa oriental hasta las américas, pero no lo encontraría hasta que en las latitudes más australes escucho la historia de gente desaparecida y un posible homicida y, cuando lo encontró en ese lejano país fue donde finalmente lo mato.
El detective no entendía por que Aníbal le estaba contando su historia, quizás no quería morir con esos recuerdos, pero él era un asesino, su venganza lo había movido por el mundo, pero había asesinado a decenas de inocentes sin motivo y, ahora él podía detener al monstruo.
Aníbal se abalanzo violentamente al detective, este rápidamente disparo sus 6 balas, pero Aníbal ya estaba aferrado a su cuello, los colmillos de Aníbal marcaron la carne del detective, la sangre broto de ambas heridas, pero solo uno murió.
Aníbal cayó muerto, las balas lo habían atravesado, sus heridas fueron mortales, el detective se sentó en el piso mientras intentaba tapar su herida con la mano, la sangre brotaba y la pesadilla parecía no acabar.
El 18 de octubre el cuerpo de Aníbal fue quemado, mientras que los dos oficiales que habían estado conspirando con Aníbal fueron ejecutados, por una promesa de sobrevivir los dos gendarmes obedecieron a Aníbal desde el día de la muerte de los 2 primeros prisioneros, sin conocimiento del detective quien había caído enfermo, su herida parecía mortal, y su fiebre lo hacía alucinar durante la noche.
La prisión mantuvo comunicaciones con el mundo exterior hasta el 21 de octubre, la noche del 21 toda comunicación se cortó, como una vela que se apaga en la oscuridad, no hubo ninguna señal de auxilio de la prisión, aun así, se mandó ayuda de inmediato, formada de un contingente de 40 hombres armados.
El 23 el contingente armado llego a la prisión, no había sobrevivido nadie, un garrafal incendio había devorado la prisión hasta sus cimientos.
Durante un largo tiempo el incidente de portales fue puesto como centro de preguntas de investigadores de todas partes del globo, el acontecimiento fue descrito como una fuga fallida por parte de los prisioneros, así lo explico el gobierno, aunque jamás quedo claro porque tantos cuerpos fueron encontrados decapitados o con señas de haber sido atacados por un animal salvaje, ningún puma hubiera podido hacer las heridas, pero estos detalles fueron omitidos por el gobierno.
Después del incendio de portales, brutales homicidios sacudieron las zonas rurales que se encontraban en un radio de 20 kilómetros de portales, aun a este día el o los culpables jamás fueron capturados por la justicia, la particularidad del psicópata era que asesinaba un solo día del mes, durante luna llena.