Hola hola, mis pequeñxs hanyou's.
Bueno, pro fin, luego de tanto tiempo, les traigo el primero one shot ganador de mi concurso de seguidores!
Esta vez le toco a la pequeña y bella Arelu01, ya que fue la primera en contestarme el mp.
Con ella hablamos y queria una historia inspirada en el video de Romeo Santos - Eres mia.
La historia, casi toda, me la imagine por el video clip de él, asi que espero que les guste.
Como sabran, dudo mucho que haya una segunda parte porque es un one shot, e intente cerrar los temas lo mas posible.
Bueno, sin mas, les dejo la lectura. Espero que les guste!
Lin! ❤
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Una nueva mañana comenzaba y, como siempre, iba al mercado a comprar la fruta mas fresca que encontraba. Amaba cocinar y esperar a su novio con la comida caliente, mas en esos días que el frio comenzaba a sentirse.
Tomo la bolsa con la compra y agradeció al mercader. Comenzó a caminar hacia su casa y su celular sonó. Al mirarlo su corazón se acelero y sus mejillas se colorearon.
Era Inuyasha.
Ese joven de bellísimos ojos dorados que tan loca de amor la tenia. Pero, al mismo tiempo, que la hacia sentir culpable a limites insospechados. Como si estuviera cometiendo el peor crimen de la historia.
Miro su mano izquierda, viendo como un anillo de diamante rosa brillaba en él. Houyo, su prometido, se lo había dado hacia poco mas de un mes y aun no encontraba el momento adecuado para decirle a Inuyasha que ya no podían seguir viéndose. Que esa aventura debía terminar porque no era correcto.
Si, sentía que lo amaba con locura porque cada vez que la tocaba su piel revivía, su corazón latía como si no hubiese mañana y su estomago se llenaba de molestas mariposas que la hacían confundir aun mas. ¿Amaba a Houyo? Claro que si. Estaban juntos desde que podía recordar. La trataba como una reina. La amaba como ella se lo merecía. Pero, ¿Entonces porque se confundía cada vez veía a Inuyasha?
"Es costumbre, no amor, Kaghome"
Sabias palabras de su amiga Sango.
¿Y si realmente era así? ¿Y si realmente lo que sentía por Houyo era costumbre?
-Maldición – Murmuro por lo bajo y le contesto el mensaje al peliplata – Estoy yendo a casa – Escribió y aun con el teléfono en su mano se adentro al edificio y al elevador. Al llegar a su piso, coloco su pulgar en el escáner de su celular y la puerta de su departamento se abrió.
Si hay algo que le apasionaba a Houyo era la tecnología. Y eso se notaba en su hogar, el cual estaba casi todo automatizado.
-Hola, babe – Esa voz... Esa voz grave y sensual. Se giro sobre sus talones, encontrándose con la sonrisa compradora de Inuyasha, que la miraba como si fuera a comerla en cualquier momento y eso, por el angel, como la encendia. Se conocían hacia casi un año y, aun viéndose seguida, siempre que la miraba, sentía como la desnudaba.
- ¿Qué haces aquí, Inuyasha? – Pregunto dejando la bolsa sobre la mesada de la cocina, para luego sostenerse de allí mientras inspiraba profundo. Necesitaba decirle, con urgencia, que eso se tenia que terminar allí.
- Nada – Murmuro mientras tomaba asiento en el gran sofá blanco que se encontraba a un costado de la estancia. Su vista era la mejor de la ciudad, lo sabia. Daba justo a todo Central Park – Vine a charlar contigo – La miro directo a los ojos y la azabache sintio como sus piernas comenzaron a temblar. Tenia que ser fuerte.