Capitulo 3.

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Bueno después de que Louise y Ed me abandonaran decidi que yo tambien me iría a acostar, llegue a la que supuse era mi habitación ya que el estupido de Ed no me había dicho cual es, entre en una y al ver a mi primo desbitiendose supe que esa no era.

-¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Qué no te han enceñado a tocar?!

- Bueno no es mi culpa que alguien no me dijera donde era.

Mi primo me vío y solto un gran suspiro.

-Tu cuarto es el de enseguida, te lo digo por que si entras por accidente en la habitación de Lou y la encuentras en paños menores justo como a mi- me miro de manera muy seria- date por muerto.

Lo vi tan serio que aunque dudaba que fuera verdad, no me iba a poner a averiguarlo.

Fuí a la habitación que me indico, entre, y deje todas mis cosas en la entrada.

Era un cuarto muy amplio, había un pequeño baño justo en la entrada y  despues estaba la cama, tambien había un gran ventanal que dejaba ver el cielo estrellado y la ciudad. Era una hermosa vista.

Trate de ir acomodando un poco todas mis cosas en mi nueva habitación, cuando me empezó ha entrar sueño. Decidí dejar todo hasta ahi ya le seguiria mañana.

Me puse mi pijama me lave los dientes y me fuí a acostar.

~♥~♥~♥~

Estaba traquilamente soñando con una chica muy MUY bella cuando senti que algo se enterraba en mi costilla.

Me levante asustado y lo que vi fue lo siguiente:

A Louise corriendo detrás de Ed, el cual sostenia algo en su mano.

Lo que sostenia era un sostén.

Un gran sostén.

Me quede enbobado un momento viendolo, era un sostén no muy pequeño y con un estampado de poquebolas.

Cuando porfin pude salir de mi ensoñación Louise ya había atrapado a Ed y le hacia una llave.

-¡¿Qué carajos esta pasando aquí?!- dije con la voz más molesta que pude hacer aun con lo cansado que estaba.

Los dos me voltearon a ver y se calmaron, Ed me trato de decir algo pero Louise lo calló diciendo que ella tenía derecho a hablar primero.

- Bueno Ian tu seras el juéz asi que se lo más justo que puedas.

Asentí y espere a que contara los hechos.

-Bueno yo estaba tranquilamente dormida en mi habitación cuando empeze a escuchar movimiento. Me levante y me dirijí hacía donde provenia aquél ruido.- volteo a ver a Ed y lo fulmino con la mirada.- ¡Y lo ví a el tomando mi sostén! ¡Y el muy descarado trata de escapar!

- ¡Claro que iba a escapar! ¡ Me trataste de golpear con tu sable de luz!

- Hice lo que cualquier joven  hubiera hecho en mi lugar.

- Dudo que cualquier chica tenga un sable de luz en su habitación.

Louise le saco la lengua a Ed y se dirijío a mi.

-Bueno Ian, tu eliges quien es el culpable.

-Ed es el culpable. Ahora salgan de mi cuarto.

-¡¿Qué?! ¡Eso no es justo yo no pude dar mi punto de vista de los hechos!

- No yo ya gane.

-Calla, Ian por favor.- puso la cara de cachorro.

Solte un gran suspiro y le di la palabra.

- Bueno es verdad que yo entre a su habitación sin permiso y estaba agarrando su sostén, pero eso fue por que los iba a lavar.

- Es la excusa más estupida que me han dicho Ed.

- Es la verdad.

- Por Dios, ¿Qué chica de 18 años no lava ella sola su ropa?

Los vi a ambos y Louise estaba toda roja.

- Por Dios dime que no es cierto.

- ¡Es que esos artefactos del demonio estan en mi contra!- dijo Loise roja de la verguenza.

- ¿Ves? Era verdad- dijo Ed en tono victorioso.

- Pero entoces si era verdad, ¿por que Louise se exalto tanto?

-Bueno es que normalmente me dice cuando va ha entrar a lavar.

- Esta vez no te quize decir por que estabas dormida y era tarde.

Los dos se miraron a los ojos y empezaron a reír.

-Bueno como veo que todo esta arreglado ya salgan de mi cuarto.

- Ok, ok.- dijeron ambos riendo.

Despues de un "buenas noches" por parte de ambos, salieron de mi cuarto y volví a dormir.

una niña entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora