Bárbara tuvo la confianza de contarme con detalles lo que la había llevado a tener un aspecto tan triste.
Nos citamos en cierto restaurante, pedimos café y comenzamos a platicar sobre lo ocurrido y sobre lo que yo a simple vista podía juzgar.
Ella me contaba como se había enamorado tan intensamente que dejó que él influenciara mucho en la toma de sus decisiones personales, familiares y hasta en cómo administraba su dinero.
Mientras tomaba mi café y la escuchaba, podía ver sus ojos y la tristeza que emanaba de su ser, podía sentir como estaba liberando todo aquello que por mucho tiempo retuvo dentro de si misma y que esto la consumía poco a poco.
Para mí fue tan triste ver como esta chica pasó de ser la más amada por todos, a ser la que evitaba a todos por respeto a a alguien que no se quería ni a sí mismo.
Lastimosamente el corazón enamorado ciega la mente y el consciente de las personas.
Ella sin quererlo se volvió dependiente total de este muchacho que sin duda alguna nunca le dió nada bueno y le comenzó a robar su felicidad.
El muchacho era tan manipulador que la hacía creer que si ella no cumplía con lo que él deseaba, él la dejaría. Que buscaría a alguien más, que en él mundo habían "mejores" y más "bonitas" que ella para él.
Y estaba en lo correcto, mujeres más lindas que ella si habían, mujeres con mejor cuerpo, sí hay.
Pero el problema no era ella, el problema siempre fue él.
Él la manipuló mental y sentimentalmente aún sabiendo que en el mundo de ella, él lo era el centro de todo.
Apuntó a su corazón aún sabiendo que ella era capaz de morir incluso si él era el que le arrebataría la vida, él era tan influyente en ella, era tan poderoso que ella comenzó a ignorar todo comentario bueno.
Aún estando en lo más profundo ignoro las manos que le brindaban un poco de ayuda y que quieran sacarla de ese hoyo de desgracia, ese hoyo de destrucción, destrucción que no sólo era moral, mental sino que ya se estaba convirtiendo en una destrucción física.
Se llegó a descuidar tanto que su apariencia física comenzó a cambiar, no comía, no dormía, ya no era Bárbara la hermosa
Ahora era una Bárbara que lloraba todas las noches, una Bárbara que no salía, una bárbara que dejó de maquillarse.
Tristemente ella llegó al punto de tener el mínimo amor propio posible.
Trate de hablar más tiempo con ella sin embargo era difícil para ella poder expresarlo todo en ese momento, terminamos de comer y nos despedimos.
Estuve en contacto con ella, quería estar cerca y siempre ayudarle, sabía que no era fácil estar en esta situación.
Para mí ella seguía siendo la diosa que embobaba a medio mundo, esa diosa que deslumbraba con cada paso que daba.
Satisfactoriamente ella me permitió seguir ahí.
Tal vez no podía estar a tiempo completo a su lado pero mientras podía yo trataba de subirle el animo y hacerle ver su verdadera personalidad y como ella en su momento influyó mucho en mi vida (yo amaría haber sido como ella y ser el centro de atención).
No sabía que pasaría pero presentía que algo bueno saldría de toda esta situación..
