[1-shot] Porque Katsuki siempre ha cumplido con sus promesas por más idiotas que éstas sean, en especial la que hizo para Navidad.
» School!au. Christmas with sex.
» Credits a Kohei Horikoshi. Bnha.
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¿Cómo que de un "nunca he tenido sexo" pasaron a hacerlo en todos lados? Claro, Bakugō prometió que si cumplían dieciocho y Kirishima aún no tenía su primera vez, él se lo haría contra todo porque eso hacen los amigos.
Y sí que fue la puta maravilla hacerlo antes de irse de los dormitorios días antes de Navidad, pero querían más y no se quedarían con las ganas llevándose al pelos de mierda a su casa y había sido un calentón en la cena de Navidad hecha por el señor Katsuki, tocándose bajo la mesa frente a los padres del rubio cenizo. Kirishima era demasiado tímido e inexperto para seguirle el ritmo, terminando en la recámara "jugando videojuegos", haciendo más que solo jugar algo divertido siendo deliciosamente placentero.
Bakugō frotaba su culo sobre el miembro duro de Kirishima; no tenía pantalón y el pelirrojo se desabrochó el cinturón con el cierre abajo, dejando ver el elástico de su ropa interior. Y el pene hinchado y húmedo se asomaba cuando Bakugō echaba su culo atrás. Lo sintió tan duro, y Kirishima decía amar la manera en la que se movía.
Mantenía un perfecto control, moviéndose pero se aburrió de la posición y volteó quedando de frente con el pelo pincho. Retomó el ritmo, más rápido y golpeado sin querer despegarse de su pelvis. Se estimulaban mutuamente, respirando más pesados. Katsuki bajó apoyándose de los costados de Kirishima para delinear sus labios antes de besarlo. Besos cortos que terminaron en miradas intensas, y Katsuki yendo frenético y con más prisa, haciendo que la cama rechine y golpee la pared. Se sostuvo en el pecho del pelirrojo y éste lo cogió de su cadera imitando los movimientos del vaivén intenso.
Sus penes estaban erguidos y frotándose bajo la ropa, Kirishima estaba hipnotizado por el glande descubierto de la verga de Katsuki, saliendo del bóxer slip entre brincos.
No dudó en lamer su dedo pulgar y acariciar el pequeño agujero de la uretra. Estaba húmedo, y su dedo se resbalaba con facilidad haciendo gruñir a Bakugō que se detuviera hasta que ¡oh, Santa Masculinidad! Bakugō puso sus ojos en blanco estremeciéndose con violencia y contrajo la pelvis por la gentil estimulación que le producía ese inmenso placer.
─Mierda, sí ─gimió fuerte sin importarle que sus padres estaban abajo lavando los platos o en la habitación contigua. No dejó de moverse y su culo sentía el tamaño de Kirishima, percatándose que la verga dura del pelirrojo se estremecía goteando y produciendo más presemen, y es que Kirishima, al igual que él, se acercaba y gruñía quedo, frunciendo el ceño y mordiendo su lengua entre los dientes de tiburón. Dejó de tocarlo, cogiendo de nuevo su cadera, de cierta manera ruda que a Bakugō le encantó que hiciera, apretándose más a él.
Practicó frotarse tantas veces con la almohada que nada se comparaba a tener a Kirishima abajo pellizcándole el culo y besando sus pechos cuando los acercó a su rostro. Chasqueó la boca al chupar uno de sus pezones. Tomó de las piernas a Bakugō, volcándolo a un lado de la cama, lo centró en ella invirtiendo la posición quedando sobre él, entre sus piernas frotándose como habían venido haciendo.
─Me encantas... Eres tan masculino ─habló sobre su cuello antes de subir a besarlo para callar sus gemidos.
No lo soltaría ni lo dejaría respirar. Lo besaba como un verdadero amateur con sus dientes chocando, aunque Bakugō lo recibiría todo de él, siendo su lengua inexperta delineando los costados de su boca.
─Respira por la nariz, idio-... ─apenas pudo decir entre las pequeñas pausas que Kirishima se daba para respirar.
─No puedo ─Se disculpó fugazmente.
─Sólo... no te detengas y jódeme más
Katsuki tal vez no se percató de lo que hizo en su amigo. Suspiraba por el suave vaivén pero, y tan pronto, se volvió violento embistiéndolo. El pelirrojo necesitó escuchar esas palabras para inhibirse por completo de su timidez. Bakugō abrió más las piernas y se abrazó a la espalda de Kirishima, cogiendo entre los dedos las hebras pelirrojas porque se movía tan enérgicamente que debía sostenerse de algo para no terminar con la cabeza en la pared de la cabecera.
─Bakugō ─musitó, hundiendo la nariz entre el hombro del cenizo. Respiraban pesado, casi hiperventilando. Katsuki decía muchas de sus groserías sucias sosteniendo por último un gemido quebrado que se deslizó por su garganta. Contrajo la pelvis, su vientre cosquilleaba y la respiración se le cerró como por instinto cerró sus piernas entorno a la cintura masculina de Eijirō, sintiendo un exquisito orgasmo.
Kirishima siguió empujando, arremetiendo rudo contra él. Escuchar a Katsuki en su oído fue un "no sé qué" pornográfico que hizo temblar sus piernas. Empujó más insistente, pegándose lo más que pudo a su cuerpo, su miembro erecto y palpitante se estremeció de tal modo en que culminó en un orgasmo espeso y abundante.
Se dejó caer sobre él. Su cabello pincho picaba la mejilla sonrojada por el bochorno de Katsuki, quitó su peso del cuerpo del rubio, quedando aún encima con su rostro pintado del color de un tomate, por decir algo tierno ante la situación.
─Wow-... Eso fue-... Wow ─Su aliento caliente erizó la piel de Katsuki. Se iban recuperando y estaban demasiado cerca de sus labios para besarse e iniciar de nuevo. Bakugō se lamió la comisura abriendo la boca y cerrando los ojos preparado a recibirlo.
Eso hasta que unos fuertes golpes a la puerta los hizo espabilar de su burbuja de serotonina y testosterona─. ¡Bakugō Katsuki, abre la maldita puerta en este instante! Y más te vale tener los jodidos pantalones puestos.
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