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Belinda le da un sorbo al líquido en su vaso y acomoda su cabello rubio detrás de su oreja, tratando de sonreír un poco para que el chico que la miraba hace un par de minutos se anime a invitarla a bailar.
Sabe que se llama Mathias, y que va en la otra clase, y es muy guapo. Él se acerca con una sonrisa y Belinda siente que por fin podrá dejar de lados sus nervios y bailar con alguien.
Pero sus esperanzas se desmoronan cuando Mathias la pasa de largo e invita a Lovise con un entusiasmado "¿Desea bailar conmigo, hermosa dama?", esperaba que la chica lo rechazara ya que llevaba negándose a bailar con alguien desde que había iniciado el baile y ya la habían invitado muchos chicos. Sorprendentemente, Lovise acepta con una sonrisa ligera en sus labios.
Belinda la ve tomar la mano de Mathias, y se va junto a él a la pista.
Ahí va otra esperanza de bailar con alguien.
El baile llevaba ya una hora y nadie, ni un alma, se acerco a ella.
Debió suponerlo, era Belinda Oxenstierna y no era precisamente la chica más popular, ni bonita, ni agradable de la escuela. A comparación a Lovise, quién tenía un precioso cabello rubio claro, unos ojos azulados hermosos y a pesar de ser bastante distante con todos, llamaba la atención por su mística aura. Era como una princesa.
Y ella tenía una mirada dura, que no transmitía más que terror. Y eso le había causado problemas.
Suspira, y comienza a jugar con el borde de su vestido verde agua, se había esforzado en verse linda esa noche, era su baile de graduación después de todo. Tal parecía que sus esfuerzos no dieron frutos.
Pasa los minutos viendo a las parejas bailar, Lovise no volvió a su lado porque se quedo con Mathias bailando y charlando. No sabía si podían considerarse amigas, pero pasaban el tiempo juntas ya que no tenían muchas amistades, aunque la noruega tenía a dos amigas que iban en otros cursos, una tal Alice y otra tal Viorica así que aveces tenía que estar también junto a esas dos ruidosas chicas.
De cualquier modo, no es como si a ella le importase mucho bailar con un hombre. Después de todo, ni siquiera le gustaban.
Solamente pensó que sería lindo tener como recuerdo una foto junto a cualquier chico promedio en su baile, para aparentar ser una adolescente promedio cuyo único sueño era conseguir que el chico de sus sueños la invite a salir.
Suspira.
Que estupidez.
La música sigue sonando, es relajada, y parece perfecto para un baile de parejas.
──¡Belinda!
Oye su nombre y levanta la vista, su corazón se acelera y se sonroja un poco. Ay Dios...
Era Tiina. Su mejor amiga y pequeño (no tan pequeño, en realidad) enamoramiento.
Y... ella lucía preciosa. Más de lo normal. Su cabello corto tenía pequeñas ondulaciones artificiales en las puntas, vestía un bellísimo vestido blanco que se ajustaba a su figura, y unos tacones que la hacían verse un poco más alta. Además de haberse maquillado un poco.
