Cuantas frias noches te preste atención sin estar bien, sin que tuvieras la idea del infierno en el que me ahogaba con todas las ganas de sacar todo lo que llevo dentro y sin poder hacer lo por la maldita idea que tengo que ser fuerte para poder apoyar te y hacerte sentir mejor, pero eso se acabo tu has decidido marcharte y ser supuestamente feliz.
Y yo he quedado.