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«-Tae, ¿Por qué no podemos darnos cariños fuera de la habitación? -Preguntó el pequeño con una mirada perdida

-La gente nos miraría raro, y nuestros padres se enfadaría como siempre. -Respondió con decisión el mayor.

-Pero no me importa, yo quiero mostrar mi amor...¡A todo el mundo! -Abrió sus brazos.

-Espero que algún día podamos hacerlo sin preocupaciones ni miedos. -Sonrío acariciando su sedoso pelo.

-Yo también lo espero. -Sonrío el pequeño.

Rozando al menos lo que podian de sus manos, ambos, mostraron una sonrisa de confianza, seguridad y de esperanza de que esto acabaría pronto para ellos y serían felices.»

Jugueteando con su pelo, Jimin miraba atento a su lista de portales a los que ya había preguntado, pero no obtuvo ninguna respuesta

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Jugueteando con su pelo, Jimin miraba atento a su lista de portales a los que ya había preguntado, pero no obtuvo ninguna respuesta. Eran al menos veinte los que no conocían el paradero de ambos chicos.

Y de nuevo, tocó el timbre que se encontraba enfrente de él, esperando así, una buena respuesta.

-Disculpe, policía de Seúl, ¿puede abrir? -Se acercó un poco más a la puerta.

De la puerta apareció una mujer de no más de ochenta años, conservada en buen estado, sonrió y giró su cuello hacia la escalera.

-Permítame un momento -Aclaró su garganta -, ¡¿Min Yoongi no te habrás metido en problemas?!

-¿Min...Yoongi? -Preguntó Jimin doblando su cuello.

-Sí -Volvió la vista la mujer-, mi hijo.

Last Photo of Us || kth × jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora