"Doce de enero, tres de la madrugada, y el joven rizado marcó nuevamente aquellos siete dígitos que le eran imposibles de olvidar: 555-2202. Habían contratado a una guapísima mujer para que celebrara junto al muchacho de cabellos negros y ojos color ámbar por su cumpleaños número veintidós. Pero ella no venía.
El contestador volvió a toparse con el oído del menor, haciéndole enfurecer y soltar maldiciones en voz alta, atrayendo risas de su amigo.
"Cálmate Harry, llegará" Se acomodó este último en el sillón, acomodándose a su gusto en la comodidad de su casa.
Harry comenzó a morder la cruz de su collar cuando el timbre sonó. Ambos se levantaron ansiosos y fueron a abrir la puerta, encontrándose con alguien que Harry y su amigo luego estarían encantados de conocer.
"¿Quién de ustedes es Zayn?" La persona detrás de la puerta alzó su vista, topándose con dos miradas penetrantes observarle con confusión. El joven cumpleañero dió un paso adelante, haciéndole entender que era por quien preguntaba.
"Zayn, esto será grandioso" Murmuró Harry en el oído del mayor, mientras se iba a acomodar en el sillón, sin dejar de morder su cruz y acomodando su sombrero. Zayn se hizo a un lado para dejar pasar a la persona de cabellos castaños y ojos azules. Se paró frente a ellos, mientras observaba como ambos se encontraban ya sentados.
Observaron como aquel chico se dejaba llevar por la alta música y movía sus caderas sensualmente, quitando su saco para revelar su cuerpo desnudo, excepto por un bóxer que cubría su masculinidad.
Doce de enero, tres de la madrugada, y ambos comenzarían a experimentar nuevas sensaciones.