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El clima no era bueno, al observar por la ventana podía mirar las negras nubes dejando caer torrenciales lágrimas. Me encontraba mirando el cielo mientras esperaba a que Tomura planeara algo nuevo qué hacer. 

A veces, me sentía un tonto. Como un niño pequeño que esperaba las ordenes del idiota de cien manos. 

Miré mi celular. Las cuatro de la tarde. A esa hora T/N solía estar de camino a la guarida, solía traer dulces y algunos regalos para los demás. A mi nunca me trajo nada de eso, a veces me daban un poco de celos, pero luego recordaba que todo su cuerpo era suficiente para mí. 

Intentaba obligarme a pensar de manera seria las cosas, pero siempre terminaba jodiendo mis pensamientos pero sobre todo mis propios sentimientos. No estaba acostumbrado al afecto, en realidad no estaba acostumbrado a nada que tuviera algún estado de cariño y nadie en este lugar lo estaba. 

Cuando esa chica llego estábamos desconcertados, respondíamos en su mayoría con agresividad. Más de una vez se llevó golpes, pero ella solía decir que éramos gatos salvajes a los que debía acercarse de a poco. Antes me molestaba el termino que ocupaba, pero terminé comprendiendo que tenía razón. Necesitábamos tiempo y espacio para que ella adentrara en nuestra zona de confort lo que era la normalidad, lo que era la amistad sin golpes y burlas, lo que era el cariño, la maternidad, hermandad, todo esa estupidez humana. 

Ninguno de nosotros lo dijo en voz alta, pero podría jurar que todos estábamos agradecidos con lo que ella nos había brindado. No nos odio, no nos intentó cambiar, sólo nos dio a conocer otros colores además del gris oscuro que solíamos ver. Nos dio la oportunidad de crecer, de tomar esos colores y hacer lo que nosotros quisiéramos con ellos, de experimentar, mezclar, de sentirnos un poco más cálidos y comprendidos. Y yo jodí todo eso. 

Pero era lo mejor, ¿por qué estar con alguien tan vago e ignorante como un villano? ¿qué me había visto además del cuerpo y buen sexo? porque no podíamos pasar eso por alto. 

Se lo repetí mil veces, me lo repetí mil veces. El amor es basura. El amor es dependencia. El amor es la aniquilación de nuestros objetivos como personas. No podía enamorarme. No podía permitir que alguien se enamorara de mí, menos ella. 

-¿Hoy no viene? -Escuché la voz de Toga a mi lado. 

Giré y la observé, su cara tan maniaca de siempre estaba llena de un terrible maquillaje.

-No. 

-¿Por qué? -Bufó molesta- ¡Quería que me ayudara con este desastre que acabo de hacer!

-No sé -le respondí para voltear y seguir ignorándola. 

Volví a mirar la ventana. 

¿Qué estará haciendo ahora? ¿estudiando? ¿entrenando? ¿con sus amigos? Pero no tenía que importarme. 

No, ella no me gustaba. Y tampoco podía gustarme. 




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⏰ Última actualización: May 27, 2022 ⏰

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